Nueva tierra.

Un sentimiento prohibido: Raena a Yumiko

 _Actualidad 5.000 años desde su llegada a la villa._ La conocí una noche mientras caminaba por los solitarios caminos de la villa. Recuerdo que había luna llena, y yo me encontraba dispersa en mis preocupaciones. Hasta que la vi, unos ojos que jamás se olvidan. La luz de la luna se reflejaba en su cabello banco y en su piel pálida, resaltando su belleza. Lucia similar a los humanos, pero su aire de calma y elegancia la distinguía de ellos.

Aquella mujer era un vampiro, una que llamaba mi atención sin duda. Pero sin atreverme a hablarle me marché. Sin embargo, en mi mente yo la llevaba sin poder deseárseme de su recuerdo. Curiosa de sus secretos detrás de su mirada en calma, un anhelo que no comprendo, y que tampoco expreso.

_Dime que le has hecho a mi corazón y porque me estoy muriendo por tu cariño. Un beso tuyo y no sé quién soy y porque llora mi pecho si no te miro._ _¡Porque no comprendo, lo que yo siento!_

Era extraña esta maldita sensación, un anhelo que podría no ser mío o simplemente un hechizo en el que había caído. Sea lo que fuera aquello, nunca se concretó. Pues años después mi pareja había llegado.

Cristin desprendía el aroma que me indicaba que era mía y yo era suya, sin dudarlo me uní a ella. Aquello era mi destino, pues así me lo indicaba de igual forma mi instinto. Pero incluso con eso, aún permanecía aquella sensación tan extraña, junto al sentimiento de lejanía por Cristin.

Por contrario, en la presencia de la vampira era diferente y también peligroso. Pues aquella extraña sensación era diferente a la de mi vínculo con Cirtin. ¿Podría haberme roto o es que acaso esta maldita marca me alteraba más de la cuenta? No era cariño como a mis hijos, no era amor como a mi pareja, incluso tampoco era compañerismo como con Michiru. Era otra cosa, algo que claramente negaré por el resto de mis días hasta mi muerte, prefiriendo solo convertirme en su amiga, su protectora. (Raena a Yumico.)