Nueva tierra.

Ryden del Vuelo negro: Primer amor: Ryden a Ozz

 ¿Qué es el amor? La verdad es que no lose, Raena me la ha tratado de explicar barias veces pero creo que incluso ella tampoco sabe por completo que es. La escucho con emoción cuando habla sobre su amada, pero también me sorprende mucho cuando habla de su primer amor.

Para nosotros que fuimos criados desde pequeños por Droxa regidos entre la violencia y la sangre la verdad es que perdí noción de mi propio dolor. Al menos me alegraba el hecho que uno de nosotros lograra escapar y que esa persona fuera Raena. Incluso si por ello me convertí en su sustituto, suplantando el su rol como la hembra del linaje. No me importo, tampoco la odiaría por ello, todos en su lugar habríamos hecho lo mismo.

Sin embargo, esas heridas estaban visibles y aunque yo no las notara sabía que el resto lo hacía. Mucho más Idrion. Él fue el único que me defendió cuando las cosas se tronaban desastrosas para mí, el único en darme la mano a mi cuerpo desnudo de una falsa hembra. Incluso si Declan o Erkan intervenían ellos cargaban ya sus propias condenas, sus castigos eran peores que incluso los míos.

Pero al llegar a esta villa al lograr escapar al fin de ese tormento me dio mucho miedo. Parecía un sueño para mí. Uno del cual en verdad nunca quería despertar. Mi cuerpo era demasiado grande para aquel pequeño sitio, chocando con todo, rompiendo cosas y lastimando personas con mi torpeza. De nuevo era un inútil e ignorante a todo a mí alrededor, a tener que adaptarme a un nuevo estilo de vida uno en el que sentía que sobraba. No sabía ni siquiera como enfrentarme a ellos, no podría si lo intentara pues le tenía miedo a la sangre. Ironico para el estilo de vida que he soportado.

Aunque me sintiera perdido en un lugar desconocido, una voz tan cálida ahuyento esos fantasmas. Él era humano uno muy particular por lo que Raena me había contado. Aparte de ser miembro de su familia actual. Él a diferencia del resto no me temía, pues no se mostraba sorprendido por mi tamaño o de lo que yo era. Sintiéndome nervioso a su lado, algo que solo lograba hacer Idrion, me avergonzaba con mucha facilidad. Era muy lindo. Raena me había explicado que algunas criaturas que no eran de nuestro linaje también podían desprender la esencia de nuestra pareja, no comprendía eso hasta que lo percibí en él.

Una esencia espacial entre humo y roble, también de flores. Era suave como su voz, como sus manos cada vez que buscaba tocar mi cuerpo, pues parecía gustarle mucho. La cercanía era aquello que siempre buscaba y claro que yo aceptaría. No sabría cómo llamar a este sentimiento, ni siquiera sé si a esto se refería Raena con amor, pero era cálido y me irradiaba una necesidad casi magnética por quedarme a su lado. De quedarme junto a él.