Laurel

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El canto de los pájaros era demasiado débil para considerarse una sonata, pero el cuchicheo humano podría hacerse pasar por una sinfonía, escuchaba unos trastos de peltre siendo movidos y golpeados constantemente, también quejidos inteligibles de ...

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El canto de los pájaros era demasiado débil para considerarse una sonata, pero el cuchicheo humano podría hacerse pasar por una sinfonía, escuchaba unos trastos de peltre siendo movidos y golpeados constantemente, también quejidos inteligibles de voces que no podía reconocer junto a gritos de dolor y angustia que no parecían poder detenerse, al igual que el olor metálico propio de la sangre, enfermedad, suciedad y talvez putrefacción.

Con pereza y cansancio empecé a abrir mis parpados lentamente, notando que el techo era una especie de carpa amarilla sostenida por palos y cuerdas.

Poco a poco fui consciente de la pesadez de mi cuerpo, era como si tuviera un centenar de rocas aplastándome e impidiéndome moverme al sentir los músculos de mis brazos y piernas engarrotados; en mi lucidez recordé la herida en mi costado por lo que con cuidado y pesar levanté la sábana blanca. Estaba vendada y sin tonos carmín, pero seguía con mi pantalón percudido y con mi playera rota por la mitad.

—Veo que ya despertaste, perdiste mucha sangre, pero por fortuna suturamos la herida a tiempo, gracias al Dios de las murallas que te trajeron rápido- Dijo levemente una voz melosa.

La enfermera tenía un semblante amable, de cerca vi como algunas canas rebeldes escapaban de su gorro, algunas arrugas adornaban su tez apiñonada y sus ojos cafés se veían cansados, tal vez por eso caminaba levemente jorobada.

— ¡Válgame mi niña! pero qué bonita eres y que par de ojos tan lindos tienes.

Me avergoncé levemente.

— ¿C-Cuanto ha pasado? - Susurré rasposa, mi garganta ardía y percibía mi voz más grave de lo normal, también me sentía mareada.

—Una semana, pero descuida estas a salvo en este hospital provisional de Rosé para los afectados- Soltó con voz maternal mientras limpiaba mi frente con un trapo mojado- Igual que tu compañera de lentes- Dijo haciendo un ademán.

Viré a la izquierda lentamente para ver a quien se refería y ahí vi a Riko con la cabeza vendada durmiendo plácidamente cubierta por la sabana.

— ¿Qué le paso? -Cuestione intrigada.

— No sabemos, al parecer su equipo de maniobras falló y cayó desde un lugar muy alto, golpeándose estrepitosamente la parte posterior de la cabeza, tendrá suerte si no queda en estado vegetal.

—¿Vegetal? ¿Qué es eso? - Pregunte desconcertada y alarmada.

— Es un término médico que surgió hace poco; desconocemos porque, pero la gran mayoría de los soldados que reciben un impacto en dicha zona, al despertar, cualquier función cerebral superior deja de funcionar, como el habla o la capacidad motriz. Talvez se lastimaron juntas... Al igual que tu tenía un corte horrible, pero a lo largo de su brazo.

Eso era imposible, recuerdo haber ordenado a los demás que sacaran a Eren del esqueleto del titan.

—N-No lo creo señora, ella y yo nos separamos cuando tratamos de recuperar Trost.

Bajo tu sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora