Los soldados bajaron las escaleras a toda velocidad mientras en el exterior comenzaba a retumbar el sonido de las explosiones y de las ametralladoras. El desgarrador rugido había hecho que los mutantes salieran en tropel del edificio sin importarles si lo hacían por las puertas o por las ventanas. Nadie sabía con certeza que es lo que había producido tal estremecedor sonido, pero a todos, les había venido a la cabeza la grabación que habían visto en la cibertabla tan solo unos minutos antes.
Al llegar al primer piso, las puertas del ascensor donde había muerto Burmac estaban abiertas. Los cuerpos de los dos operarios que se habían quedado atrapados en ellas, habían sido lanzados con brutalidad contra una de las paredes, y en el suelo había un rastro de sangre fresca que se dirigía hacia el pasillo que llevaba a la salida.
—No puede ser —dijo André extrañado—. El cuerpo de Burmac no está.
—Y estos dos tampoco estaban aquí antes —Neisa señaló con su linterna los cuerpos destrozados de los operarios.
—A...yu...da —Se escuchó que decía una voz áspera procedente del pasillo.
—¿Habéis escuchado eso? —susurró Bargu.
—¡Es lo mismo que dijo que había escuchado Burmac! —dijo André.
El mago de combate les hizo una señal para que se callaran, y luego otra para que avanzaran. Los soldados se movieron sigilosamente hacia las paredes, pero no pudieron evitar sorprenderse cuando vieron el escalofriante origen de aquella voz.
Un mutante que había sido un operario humano en su otra vida, andaba del revés y a cuatro patas con paso lento por el pasillo. El cuello se le había estirado hasta medir cosa de un metro y su rostro era el vivo reflejo del terror. Su estómago se había convertido en una boca de carne y huesos de la que salían numerosos tentáculos largos y delgados, que se movían hacia todos los lados como si estuvieran bailando. Uno de ellos tenía agarrado por el cuello el cuerpo de su antiguo camarada, mientras que otro que había atravesado su cabeza, parecía succionar el interior de ella.
«Todo es culpa de la maldita magia» pensó André, aunque no había sido su voz la que había escuchado.
—Por Ibelir...es asqueroso —dijo Neisa.
—¡Maldita criatura inmunda! —chilló Dragen lleno de ira.
—¿A...yu...da? —El monstruo giró sobre sí mismo—. A...yu...da —El rostro del mutante se contorsionó y sus ojos miraron en todas direcciones a la vez que los tentáculos comenzaban a estirarse en dirección a los soldados de Ibelir.
—¡Cuidado, nos ataca! —dijo Isen antes de rodar por el suelo para cubrirse tras una pared. Dragen imitó al mago. Los dos amigos de la infancia y el joven drauo se echaron a los lados para esquivar los tentáculos que golpearon el suelo con fuerza.
—A...yu...da —El mutante aceleró el paso mientras sus tentáculos danzaban en búsqueda de víctimas.
Dragen e Isen se asomaron y dispararon unas cuantas balas antes de volverse a cubrir. Al parecer, el arma mágica del mago de combate no se había recuperado aún. Neisa disparó dos ráfagas impactando en el cuerpo del monstruo antes de esquivar un latigazo, mientras que André disparó con precisión y consiguió destrozar dos tentáculos con unas cuantas balas. Bargu también imitó a sus camaradas, pero un tentáculo que se movía a ras del suelo consiguió atraparlo, y lo hizo caer de espaldas.
—¡Mierda, me ha cogido! —dijo Bargu.
—¡Suéltalo, engendro! —rugió Neisa y disparó una ráfaga que cercenó el tentáculo que había apresado a su camarada.
—¡Muévete, chaval! —gritó Dragen mientras él y el mago disparaban de nuevo.
Bargu se levantó como pudo y se apartó de la trayectoria del mutante justo cuando este interrumpía en la sala donde se encontraban. La corrupta criatura giró sobre sí mismo e intentó golpear y ensartar a sus presas que no paraban de moverse y disparar. Un tentáculo hirió al cabo en el brazo, y otro rasgó la pierna del mago, pero poco después el antiguo operario se desplomó, y un oscuro charco comenzó a formarse en el suelo mientras algunos de sus tentáculos parecían sufrir espasmos.
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Anlova en llamas Vol 1
Science FictionEn un mundo oscuro y despiadado, marcado por la guerra y la fusión de magia y tecnología, un pelotón del país más poderoso se enfrenta a la existencia de seres que podrían cambiar el destino de todos. Con la muerte acechando en cada rincón y la trai...