Capítulo 11.

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Cuando Emma regresó a la casa se encontró con la escena de Steve, Natasha y Clint preparándose para irse por Ultron.

—Ultron quiere volverse mejor que nosotros... está fabricando cuerpos— dijo Steve

—El cuerpo humano no es eficiente, biológicamente hablando somos obsoletos.

—Cuando dijiste que querías proteger al mundo debiste pensarlo dos veces, abuelo— dijo la castaña cruzándose de brazos.

—¿A ti qué te sucede?

—Nada— respondió de manera fría y cortante.

—A la gente no le hace falta protección- dijo Alec desde la sala de estar —Sino evolucionar y Ultron eso quiere, quiere evolucionar.

—¿Alguien ha estado en contacto con Helen?— habló Bruce y en ese momento todos entendieron a donde quería llegar el mayor, Steve se levantó rápidamente y adelantó la hora de salida de los agentes.

—Ultron quiere un androide de vibranium— Emma se acercó a Steve —Será más fuerte y poderoso que cualquiera de nosotros.

—Lo sé.

Steve, Nat y Clint salieron de la casa de los Barton y después de un rato, los demás partieron para ir a Nueva York, luego de un par de horas llegaron a la Torre. Emma estaba de pie en el balcón de la torre, contemplando el paisaje nocturno de Nueva York. Las luces de la ciudad se extendían a sus pies como un océano brillante, pero su mente estaba lejos de la belleza de la vista. Sus pensamientos estaban consumidos por la revelación reciente que había cambiado su mundo.

Alec la buscó durante unos minutos hasta que la encontró allí, él se acercó con cautela, notando la tensión en sus hombros y la mirada perdida en sus ojos —¿Me regalas uno?— dijo el joven señalando el cigarrillo en la mano de la ojiazul. Emma le extendió la cajetilla para que tomara uno junto al encendedor —Emma, ¿estás bien?

Emma no respondió de inmediato. Siguió mirando hacia la distancia, como si buscara respuestas en las estrellas. Finalmente, exhaló un suspiro profundo y se volvió hacia Alec.

—Fury me confesó que... mi padre no está muerto. Todo este tiempo estuvo con vida y jamás preguntó por mí, después de lo que hizo...

—¿Qué fue lo que hizo? Si tú no quieres decirme estará bien, es solo que...— Emma lo interrumpió.

—Él me hizo esto— dijo mientras sus dedos se movían, dejando ver sus poderes.

FLASHBACK

La luna llena brillaba débilmente a través de las cortinas de la habitación de Emma, arrojando sombras suaves en las paredes. Emma dormía plácidamente, acurrucada con su peluche favorito. La casa estaba en silencio, excepto por los susurros de la noche.

De repente, un ruido fuerte rompió la tranquilidad. Emma se despertó sobresaltada, sus ojos grandes y asustados miraban alrededor de la habitación. Escuchó pasos pesados y voces susurrantes provenientes del piso de abajo. Se levantó de la cama, su corazón estaba latiendo con fuerza en su pecho. Antes de que pudiera alcanzar la puerta, ésta se abrió de golpe. Unos hombres vestidos de negro y con rostros cubiertos entraron en la habitación. Emma intentó retroceder, pero uno de ellos la agarró con fuerza por el brazo.

—¡Suéltenme! ¡Déjenme ir!— Los hombres no dijeron nada. La arrastraron fuera de su cuarto, sin prestar atención a sus gritos y pataleos. Cuando llegaron a la sala, Emma vio a su madre en el suelo, agachada y abrazando a su hermano pequeño, que lloraba desconsoladamente.

La madre de Emma gritaba desesperadamente —¡Por favor, déjenlos en paz! ¡No les hagan daño!

Uno de los hombres, sin piedad alguna, levantó su arma y disparó a la madre de Emma en la frente. Emma gritó con horror cuando vio a su madre caer al suelo, inmóvil, con los ojos aún abiertos pero sin vida.

CHAOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora