capítulo 10

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Después del suceso de aquella noche he intentado mantenerme alejado de Dak-ho, en el sentido de mantener distancias y siempre estando pendiente. Aunque los nervios me traicionan y acabo haciendo el ridículo, provocando que venga en mi ayuda. He de admitir que Dak-ho ha entendido que quiero un poco de espacio propio, por lo que ha intentado mantener la distancia y dejarme espacio, pero al parecer también es difícil para él teniendo en cuenta que no paro de meterme en líos.

Al parecer los problemas que teníamos actualmente no eran suficientes, pues al quinto día de recibir la carta su madre y hermana se presentaron en casa, algo abrigadas y con una gran sonrisa. Yo fui el primero en verlas, ya que estaba recogiendo las hojas secas del jardín delantero, después de comer y cuando me di cuenta de su presencia su madre casi se echa sobre mí.

- Gyu jin, cuanto tiempo. ¿Qué tal? ¿Todo bien? ¿Te estás adaptando bien? ¿Estáis bien tú y Dak-ho? Por cierto, ¿dónde está? - Se acerca haciéndome demasiadas preguntas y mareándome con cada una, mientras me sujeta cariñosamente del brazo y yo pongo una de mis mejores sonrisas pese al malestar que me está provocando con tanta pregunta. Eun yeong, la hermana de Dak-ho se acerca lentamente y con cara de pocos amigos, pasa de nosotras y se acerca al porche.

¡Oraboni! ¡Oraboni! - Empieza a gritar a todo pulmón en dirección a la casa, asustandonos y recibiendo una reprimenda por parte de su madre que me deja un poco de espacio, el cual aprovechó para respirar y tranquilizarse.

Esta tiene que ser la imagen más rara vista desde fuera, menos mal que nos encontramos a las afueras y con pocos vecinos alrededor. Al mismo tiempo Dak-ho sale de su estudio y Eun Yeong reprime un grito ahogado y se aleja de su madre, dejándola con las palabras en la boca y cogiendo del brazo a su hermano, recibiendo varias miradas entre preocupadas y molestas (yo incluido). Me acerco al grupo con el equipaje de mi suegra.

Omonim, he traído su equipaje, voy a dejarlo en su habitación si no es molestia. - Añado una reverencia antes de adentrarme en casa.

- Muchas gracias jeon. Eun yeong vete con Gyu jin a guardar tu equipaje y no protestes, que te conozco. - La mencionada simplemente resopla, coge sus cosas y me sigue un poco a regañadientes.

Nos alejamos de madre e hijo mientras tienen una corta pero, al parecer, animada conversación. Por nuestro lado el silencio nos rodea mientras nos dirigimos a las habitaciones correspondientes. Dejó el equipaje al lado de la puerta e indicó a Eun Yeong que la siguiente es su habitación antes de volver.

- No creas que por estar casada con mi hermano te voy a tratar de manera especial, ni siquiera te voy a llamar Choje si es lo que esperas, tampoco quiero que te dirijas a mí de esa manera. - Suelta de pronto, fría, antes de entrar en la habitación.

Al parecer Eun Yeong sabe muy bien cuándo y dónde ponerse y quitarse la máscara, y no sé cuál de las dos es la verdadera. Con su hermano es amor, dulzura y cariño; con su madre es un poco de lo mismo, aunque el fastidio puede asomar cuanto menos te lo esperes. En cuanto a mí, parece que no le caigo demasiado bien y no duda en demostrarlo cuando estamos a solas.

Voy directamente a la cocina a preparar un poco de té, ya que es tradición que la esposa sirva el té a los invitados. He elegido un té de lágrimas de San Pedro, se sirve caliente y es perfecto para este tipo de climas, además se puede acompañar de cualquier fruto seco (molido, dentro de la bebida), para esta ocasión he elegido unos pocos de frutos secos.

Los llevó a la sala donde están esperando, Eun yeong se les ha unido, y alrededor de una mesa disfrutan tranquilamente de una conversación sobre algún conocido de la familia. En el centro un bol de madera con algunas mandarinas. Al verme llegar Dak-ho me ayuda con la bandeja, lo cual agradezco, y reparto las bebidas a cada uno. Eun Yeong está al lado de Dak-ho, muy pegajosa, por lo que decido sentarme en el otro extremo, entre madre e hija.

Jeon, deberías sentarte al lado de Dak-ho, haciendo compañía a tu marido. - Ante estas palabras me quedo quieto en el sitio y la sala se sume en un silencio un poco incómodo. Miro a Dak-ho que está intentando soltarse del agarre de su hermana y en ese momento cruzamos miradas, alejándonos del mundo y sumidos en la profundidad del otro. Un carraspeo por parte de Eun Yeong nos saca de nuestro mundo y la miramos los tres.

Ttal, por favor no me hagas repetirlo. - El tono serio, pero autoritario de su madre hace que Eun Yeong se aparte enfadada, cediendo su sitio al lado de Dak-ho.

- ¿Os estáis abrigando bien por las noches? He notado a Gyu jin un poco ronca. - Suelta mi suk (el nombre de su madre, que tanto me ha costado recordar), de manera inesperada dejándonos en el sitio sin saber cómo responder debido a la sorpresa.

Dak-ho es el primero en responder, adelantándose a cualquier otra pregunta o comentario, yo todavía ando un poco confuso cuando escucho su voz y la forma cariñosa en la que se dirige a mí al hablar.

Omoni, tranquila, Gyu jin todavía no está acostumbrada a tu forma tan rápida de hablar. ¿Verdad yeobo? - Eso solo hace que me confunda todavía más y que mi reacción sea un simple asentimiento de cabeza.

Mientras Mi suk se disculpa repetidas veces con ambos y Dak-ho le explica que he cogido un poco de frío y que se me pasara con reposo, no pasó desapercibido el resoplido de Eun yeong y como se bebe deprisa el té para poder irse a su habitación con la excusa de que está cansada del viaje. Dejándonos en silencio e interrumpiendo la conversación de su madre y hermano. Al mirar en la dirección en la que estaba sentada minutos antes y al oír que Dak-ho también se va a ausentar por trabajo una idea me viene a la mente.

Omonim, ¿qué te parece si hacemos algún adorno? Dak-ho me ha comentado que te gustan este tipo de cosas y me gustaría compartirlo con usted, si no es molestia claro. - A ella se le ilumina la mirada y mientras nos levantamos para recoger, limpiar y preparar las cosas noto como Dak-ho me dirige una rápida sonrisa muy amplia, que nunca antes había visto, antes de salir.

DalryokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora