capítulo 20

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Han pasado varias semanas desde la visita de Gyu jin y los nombres de la lista todavía no tienen respuesta. Dong sun no da señales de haber encontrado nada, aparte de mandarnos una lista con los nombres de todo el personal del templo, pero ninguno coincide con los de nuestros sospechosos.

Mientras pasan los días la nieve se ha ido cuajando, nos dificulta hacer varias cosas en el exterior porque quedaban ocultas o bloqueadas y cada cierto tiempo tenemos que salir para retirarla, sobre todo de la zona del fuego que mantiene caliente la casa. Por lo demás no hay muchas más que contar. Aunque poco a poco va nevando menos, lo que quiere decir que la primavera no tardará en aparecer.

Como me comentó Dak-ho vamos despacio en nuestra relación, no hemos avanzado desde aquel apasionado beso, aunque he de admitir que me provoca sensaciones nuevas y cada vez nos cuesta más detenernos. Muchas veces he notado que la ropa me molestaba y que empezaba a hacer más calor, ahí es cuando Dak-ho dice de parar y acabamos tumbados en la cama, abrazados y repartiendo besos cortos por nuestras caras.

Una mañana mientras retiramos la nieve de la noche anterior Dong sun llegó a lomos de un corcel marrón, de crines negras y algunas manchas blancas repartidas por el lomo y patas. Mientras él y Dak-ho se saludaban, no pude evitar acercarme al animal, pese a venir de una familia con dinero y estatus social, el tener un caballo es muy escaso y raro y solo está disponible para el ejército, así como la familia real y la guardia imperial.

Me quedo embelesado con lo grande y precioso que es, al parecer también es dócil porque no se asusta y me deja tocarle el cuello. Durante ese rato Dak-ho y Dong sun se han acercado, cuando me doy la vuelta me los encuentro mirándome, ambos de brazos cruzados y con una gran sonrisa. Dak-ho niega y se acerca para ponerme un brazo por los hombros, Dong sun acaricia al caballo.

- Parece que le caes bien. - Dice mirándonos y sujetando las riendas del animal. - Janggun no suele dejar que nadie, aparte de mí y su cuidador, se acerque. Estoy muy orgulloso. - El caballo relincha fuerte y empieza a mover la cabeza, al parecer a modo de queja, nos reímos.

- Si Dak-ho quiere podemos ir a dar una vuelta, Gyu jin. - Miro a Dak-ho que enarca una ceja y se vuelve a cruzar de brazos, al parecer no le parece buena idea. Dong sun lo nota enseguida. - Dak-ho, te conozco demasiado como para saber qué es lo que te cruza por la cabeza, no pienses eso.

- Antes de hacer nada vamos a hablar de lo importante. - No pensé que Dak-ho sería celoso, no le pega nada.

Seguimos a Dak-ho a casa y después de preparar un té y dasik que nos sobraron de la vez pasada nos sentamos a hablar en la habitación de la vez pasada, con el ligero cambio de que estoy presente. Dong sun no se siente momento por mi presencia, más bien le agrada que esté allí, tal vez no le importe lo sucedido o puede que Dak-ho hablara con él para aclarar las cosas, evitando algunas partes.

- Estuve buscando información sobre lo de hace cuatro años, pero parece que nadie sabe nada o evitan hablar del tema. Lo único en lo que coinciden todos es en el sospechoso. - Hace una pausa y me mira durante unos segundos. - Y en que lo ejecutaron delante de todos en el palacio, después vino el funeral del heredero y el traslado al templo del segundo hijo de la reina, esto último con bastante cuidado y sin que mucha gente se enterase.

Nos quedamos en silencio y miró a Dak-ho, al parecer ha pensado lo mismo que yo, aunque puede ser arriesgado y peligroso, sobre todo para Dong sun porque puede estar más cerca del sospechoso. Aunque Gyu jin nos dijo que no se lo contáramos a nadie puede que tener un par de manos extra nos sería útil.

- A decir verdad nosotros también hemos estado investigando, más bien siendo ayudados, al parecer alguien quiere sacar a la luz la verdad. - Dak-ho saca el papel de uno de entre unos libros de la mesa mientras habla.

DalryokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora