Dak-ho: El chico de mis sueños

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Suspiro y miro el despertador, este marca las cuatro de la mañana. Vuelvo a suspirar y me masajeo los ojos antes de levantarme y buscar el bote de pastillas. Pensé que las pesadillas habían disminuido cuando entre a la universidad, pero llevo más de un mes que son demasiado frecuentes y demasiado reales, lo que me provoca insomnio.

El médico no ha encontrado ninguna causa o síntoma en concreto para decir cuál es la causa exacta y lo único que me ha recomendado son las pastillas e ir a psicólogo, pero ni el psicólogo tiene una explicación clara ante lo que me está pensando.

Siempre es la misma pesadilla, una y otra vez, como un bucle. Me acuerdo de que cuando era más joven las pesadillas se intercalaban con sueños agradables y de otra época, todos sin excepción se notan reales. Hasta que las pesadillas empezaron a ganar terreno y tuve que empezar con la medicación y poco a poco fueron desapareciendo.

La pesadilla en cuestión va acompañada por un olor metálico, como si fuera sangre y un cielo despejado y anaranjado. Estoy tumbado bocarriba sin poderme mover, con los ojos doloridos e hinchado de llorar y el cuerpo entumecido. Lo único que puedo mover es la cabeza, pero todo lo veo borroso, ni siquiera los sonidos los puedo distinguir, como si estuviera sumergido en agua. Antes de despertar noto como alguien me agarra fuerte de la mano y después va aflojando el agarre, en ese momento me invade un sentimiento de pena y perdida y me despierto empapado en sudor.

Dejo que la pastilla empieza a hacer efecto y me tumbo de nuevo, contemplando el techo, al rato me empiezo a sentir adormilado y rápidamente me quedo dormido, sin pesadillas ni sueños que me atormenten.

Me despierta una llamada y somnoliento descuelgo para tumbarme de lado y dejar el móvil sobre la oreja. La persona al otro lado empieza a hablar alejado del teléfono y cuando estoy volviendo a dormirme me grita.

- Bella durmiente, despierta. Te recuerdo que hemos quedado y tú sigues en la cama. - La inconfundible voz de Dong sun hace que me incorpore pesadamente y bostece, lo que provoca risas del otro lado del móvil.

- No me he olvidado, solo que he tenido otra pesadilla, ya sabes, lo de siempre. - Digo mientras me pongo las gafas y me dirijo al baño.

- ¿De nuevo? - Se noto la preocupación en su voz y puedo escuchar como le susurra algo a alguien. Hago un sonido de afirmación mientras me miro en el espejo, al menos las jeras no se notan tanto.

- Dame diez minutos y bajo, os espero en el parque en frente de los apartamentos. En persona os contaré mejor todo. - No ponen objeciones y antes de que me de tiempo a despedirme ya han colgado.

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No es algo nuevo para Dong sun, es mi mejor amigo y nos lo contamos todo, bueno, casi todo. La otra persona que conoce mi problema con las pesadillas es Taeyang otro buen amigo. Hemos quedado en reunirnos hoy sin ningún motivo aparente.

Mientras caminábamos hacia un centro comercial de la zona les he contado la pesadilla, nunca suelo entrar en detalles, pero esta vez algo en mí me decía que debía contárselo todo, por lo que he estado media hora explicando con pelos y señales toda la pesadilla y como no Dong sun se inventaba cada tontería que nos hacía restarle importancia.

- A lo mejor es una recuerdo de tu vida pasada. - Suelta de pronto Taeyang, que no ha despegado la vista del móvil, pero que ha seguido el hilo de nuestra conversación. - Piénsalo, a lo mejor estás recordando el momento de tu muerte. No sería descabellado, además esa pesadilla es siempre la misma.

Dong sun y yo nos paramos para mirarle, Taeyang simplemente se encoge de hombros, se guarda el móvil en el bolsillo y empieza a cruzar el paso de cebra que acababa de ponerse en verde. Me ajusto las gafa e intercambio una mirada de duda con Dong sun antes de salir corriendo detrás de Taeyang, antes de perderlo de vista y de que el semáforo cambie a rojo.

DalryokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora