capítulo 23

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Por la mañana mientras terminamos de lavar la ropa y tenderla, Dak-ho estaba incómodo, con algo rondándole la cabeza, pero que no quería compartir, tal vez por miedo. Al terminar le comentó de ir a tomar un té, lo cual aceptó.

- ¿Me vas a decir lo que le ronda por la cabeza o voy a tener que suponer cosas? - Solté aquello tranquilamente, tomándolo por sorpresa y mirándome con ambas cejas levantadas, a lo que reí. - Te he notado extraño esta mañana, aunque lo intentes ocultar. - Espero pacientemente su respuesta, la cual parece pensar durante un momento.

- Es una tontería, no hace falta prestar atención. - Enarco una ceja y suspiro un poco fuerte, Dak-ho también suspira, puedo ver una pequeña sonrisa asomar a sus labios antes de volver a hablar. - Taeyang, es sobre él, no se si deberíamos de haber confiado tan rápido en él. No es que desconfíe, pero es raro todo lo que está pasando.

Asiento con la cabeza y también empiezo a pensar sobre el tema, es verdad que todo ha empezado a avanzar demasiado deprisa y sin darnos tiempo a aclarar nuestros pensamientos, lo que puede provocarnos desconfianza o cosas peores, las cuales no quiero pensar. Aparto estos pensamientos negando con la cabeza y me centro en Choi taeyang, el guardia imperial que supuestamente me salvó con la ayuda de mi hermana.

- A decir verdad, si lo piensas un momento sí que puede parecer sospechoso. - Me tocó la barbilla pensativo y me doy cuenta de que Dak-ho me está mirando fijamente. Le sonrío y él me lo devuelve. - Pero también es cierto que si fuera el verdadero sospechoso no le haría ningún bien ayudarnos, tarde o temprano encontraremos al verdadero culpable y si es él acabaría bastante mal, ¿no crees? - Dak-ho asiente con la cabeza, pero una pregunta se hace paso en mi cabeza y no puedo evitar decirla en voz alta. - Encontraremos al verdadero culpable, ¿verdad?

Creo que Dak-ho ha notado la preocupación y duda en mi voz, porque se levanta y me abraza, acariciándome la cabeza. Algo a lo que me he vuelto adicto y creo que no voy a poder vivir sin él. Dak-ho ha sido lo mejor que me ha podido pasar, en muchos aspectos y he aprendido a vivir con esto, no se que pasara el día que me falte, no creo que lo soporte.

El beso que noto en la cabeza me saca de mis pensamientos, al levantar la vista me encuentro con esos ojos negros están fijos en mí, atentos a todo y no puedo evitar sonreír. Dak-ho me imita y después de darme otro beso, esta vez en la punta de la nariz, vuelve a su asiento.

- Tranquilo, que lo descubriremos, después de todo tenemos bastante ayuda. Además, ya es algo personal, tengo que saber quién es el gwaessimhan que se ha atrevido a meterse con mi novio. - Abro los ojos por la sorpresa al escuchar a Dak-ho maldecir de aquella manera, al parecer él lo nota porque veo como poco a poco sus orejas se vuelven rojas, lo que me provoca una risa, que al rato le contagio.

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La tarde pasó bastante relajada, creo que el día de hoy no puede superar lo sucedido esta mañana. Al recordarlo una sonrisa asoma por mis labios y niego con la cabeza mientras intento enhebrar la aguja, lo consigo al segundo intento y vuelvo al bordado.

Se que todavía no se van a casar, puede que nunca lo hagan, pero decidí hacer este bordado como agradecimiento por todo lo que han tenido que pasar ambos y por las molestias de salvarme. El bordado consta de dos peces dorados nadando en círculos con varios pétalos alrededor, como si estuvieran en un estanque, las flores elegidas son dalryok, a las cuales ya les tengo un cariño especial.

Mientras seguía con el bordado varias cosas inundaban mi mente, entre ellas el cómo poco a poco la nieve ha dejado de caer, aunque todavía hace frío, pero ya no hemos tenido que salir a romper el hielo de Cheonguk, ni a reavivar el fuego tantas veces como antes.

También he empezado a pensar en todo lo sucedido con sacar la verdad a la luz y siento miedo, por desenterrar algo del pasado y darlo a conocer al mundo, aunque para ellos este muerto, para mí es algo importante y que me ha marcado durante estos años. Es algo que solo con pensar en ello me hace estremecer, aunque ahora tengo una luz en medio de esa oscuridad.

Por la noche, mientras Dak-ho se tomaba un baño, me dispuse a cocinar bastante cantidad, al parecer estoy motivado y feliz. Al ver la mesa tan llena empecé a reír nervioso, en ese momento Dak-ho entra oliendo el aire y parando en seco al ver la mesa.

- Me parece que me he pasado un poco cocinando. - Digo sin mirarle y aun con la risa nerviosa. Dak-ho suelta una pequeña risa y apoya su mano en mi hombro.

- Si tenemos visita está perfecto, también si quieres alimentar a un ejército. - Me da un beso en la mejilla y se sienta, suspiro y resignado le sigo.

Obviamente, nos ha sobrado bastante comida, lo bueno es que no vamos a tener que cocinar durante varios días, solo los acompañamientos. Lo cual es algo bueno porque empezamos a tener escasez de alimentos, pero Dak-ho me ha comentado que la semana que viene vuelven a abrir el mercado, porque la nieve ya ha empezado a derretirse y no supondrá un obstáculo.

El día de hoy se me ha pasado bastante rápido, aunque es verdad que he estado dándole vueltas a muchas cosas y la mayoría relacionadas con el mismo tema, pero fuera de eso ha sido un día tranquilo. Solo nos queda esperar a que lleguen las noticias.

- Hwa ahn, tengo que preguntarte algo. - Le miro desde el futón, esperando a que continúe, aunque Dak-ho se toma su tiempo para desvestirse. - ¿Has dejado de usar maquillaje? - La pregunta me toma por sorpresa, pero cuando se sienta a mi lado asiento despacio con la cabeza.

- Solo me maquillo cuando viene gente a casa, esperamos visita o vamos a salir a cualquier sitio. - Hago una pausa, pensando si debería decir lo que pienso, al final lo hago por curiosidad, aunque me vaya a doler su respuesta. - Si te molesta me puedo volver a maquillar en casa, no hay problema.

- Babo. - Lo dice de una manera cariñosa, incluso tierna. - Te prefiero sin maquillaje y ser el único que te puede ver así. - Hace una pausa y noto como sus orejas se le ponen rojas, al parecer está nervioso. - Puede sonar egoísta, pero me siento especial al ser el único que puede disfrutar de tu belleza al natural. - Ahora es mi turno para notar las orejas calientes.

- Babo. - Digo en voz baja y dándole un golpe en el hombro, a lo cual reímos los dos. Dak-ho me coge de las manos y se pone serio.

- Tengo que decirte esto para que no vuelvas a pensar de esa manera o decir cualquier cosa parecida. - Abro la boca para negarlo, pero me calla chistando. - Me enamoré de ti por quien eres, no por tu aspecto o por quien fungiste ser. Que nunca se te olvide, Hwa ahn, yo te voy a querer de esta manera, con tus defectos y todo. - Noto como las lágrimas amenazan con salir, pero no de tristeza, sino de felicidad, porque nadie nunca me había dicho algo como aquello.

Nos abrazamos durante bastante tiempo y cuando pensaba que me iba a quedar dormido en esa postura, noto como Dak-ho tira de mí hacia atrás, todavía abrazados, para caer en el futón de lado, no sé cómo se las ha arreglado la verdad. Al abrir los ojos me lo encuentro bastante cerca y no puedo evitar reír y cerrar los ojos ante ese momento y la felicidad que me invade. 

DalryokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora