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-¿Qué te pasa hoy? Estás inquieta

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-¿Qué te pasa hoy? Estás inquieta.

La voz de Jasper sonaba con claridad a pesar de que tenía agua en los oídos porque había caído al maldito río después de un certero golpe. Salí pateando el agua, sintiendo cómo el pelo se me pegaba a ambos lados de la cara y agradeciendo no tener que respirar.

Me miraba impertérrito mientras me apartaba un mechón de pelo pegado a la frente.

-¿Cómo lo sientes? –ante su mirada confusa intenté ampliar mi explicación. -¿Cómo sientes que estoy inquieta?

-Como si tuvieras algo aleteando a tu alrededor, algo que te distrae. –sus ojos dorados pasaron por mi ropa empapada y pude apreciar un brillo extraño en sus ojos, probablemente decepción. –Evidentemente.

-Evidentemente. –refunfuñé, dejándome caer en el trozo de hierba calentado por el sol. Los rayos arrancaron destellos de mi piel y el brillo en el rostro de Jasper me distrajo momentáneamente cuando se sentó a mi lado.

-¿Es por tu padre? –su tono se suavizó al hacer la pregunta, como si temiera estar tanteando algún terreno peligroso.

Era cierto que Charlie había llamado esa mañana, sabía que en algún momento tendría que desaparecer de su vida, fingir mi muerte, pero aún no estaba preparada para ello. Simplemente no podía.

Negué con un gesto que le salpicó el agua de mi pelo, arrancándole una ligera sonrisa.

-Es por algo que Alice me dijo...-fijé la vista en la hierba mientras mis dedos jugueteaban de forma nerviosa con ella. No sabía cómo preguntar o cómo iniciar la conversación. –Sobre ti. Sobre tu...pasado.

Su postura se tensó ligeramente y me apresuré a intentar explicarme mejor.

-No es que ella me haya dicho nada concreto. En realidad me aconsejó que te preguntara a ti. Bueno no me aconsejó, sólo dijo que era lo más adecuado. –las palabras salían de mi boca a una velocidad mucho más rápida de lo inusual y me obligué a coger aire para calmarme antes de seguir hablando, de forma más pausada. –Me gustaría saber quién te enseñó a luchar.

-¿Por qué?

No fue brusco en su pregunta pero pude adivinar cierta reticencia en su tono. Me encogí de hombros, dedicándole una pequeña sonrisa que esperaba que lo calmase.

-Quiero saber algo más de mi maestro, supongo. –me incliné un poco hacia él, hasta que mi hombro golpeó el suyo en un gesto que pretendía que fuera cómplice aunque fui algo torpe. Al menos su rostro se relajó visiblemente. –Me gustaría saber más de ti, de tu historia.

-¿Y si no te gusta mi historia?

Me quedé un momento en silencio, eligiendo con cuidado mis palabras ante esos ojos dorados que me observaban, buscando cualquier resquicio de debilidad.

Vampire.  | Jasper x BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora