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Pasé los dedos por la suave tela de mi vestido

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Pasé los dedos por la suave tela de mi vestido. Las luces del atardecer se colaban por la ventana y arrancaban algunos brillos a mi piel. Mientras sentía la seda bajo mis dedos, observé mi reflejo en el espejo de pie que se había colocado específicamente para ese día, Rosalie lo había sacado de su propia habitación y me había recordado que eso contaba como algo prestado.

Aún no me podía creer del todo lo que estaba pasando. Después de derrotar a Victoria, la vida se había vuelto tranquila. La inmortalidad se había vuelto pacífica. Era como un cuento de hadas. Un futuro sin amenazas, sin tener que preocuparnos por el siguiente peligro que derrotar.

Un futuro con mi padre en él, con los Cullen y con Jasper.

Jasper.

Jamás me había sentido tan en sintonía con nadie. Siempre había sido la chica que iba a lo suyo, la que no se le daba demasiado bien los convencionalismos sociales. La chica que no encajaba del todo pero tampoco destacaba por no encajar. Una adolescente más que no encontraba su sitio.

Pero ya no era una adolescente. Y había encontrado mi sitio. Junto al vampiro rubio que luchó codo con codo junto a mí contra el ejército de neófitos y contra Victoria.

Verlo en acción, en plena batalla, fue fascinante. Pero tenía que admitir que acabar con Victoria se sintió como perder una pesada carga que ni siquiera sabía que llevaba en mi espalda.

Habían sido meses de alivio y felicidad para todos.

Y ahora estaba delante de ese espejo prestado, observando mi vestido de novia confeccionado a medida (Alice había insistido en ello y dado que era la organizadora de todo el evento fue imposible decirle que no. Además de que Leah me había dejado claro que no le rompiera la ilusión a su pareja). Moví la mano y el anillo de compromiso captó mi atención cuando el pequeño diamante brilló ligeramente a pesar de que el sol ya se había ocultado del todo. Mi piel brillaba más un día cualquiera pero me había acostumbrado a ello, con el anillo aún estaba en proceso.

Nunca pensé que vería a Jasper arrodillarse de nuevo ante mí. Qué curioso cómo cambia la vida. La primera vez se arrodilló para implorar mi perdón, la segunda para pedirme matrimonio.

Y yo, que siempre había pensado en el matrimonio como una sentencia para cualquier relación me encontré diciendo que sí, con lágrimas de emoción que no podía verter acumuladas en mis ojos.

-¿Estás lista? –la pregunta de mi padre llegó desde el umbral de la puerta. Después de que me viera (con las cortinas corridas para evitar la luz solar) todos en la habitación se habían marchado para darme un momento. Clavé la mirada en él, con su traje que parecía hecho a medida. Cosa de Alice, obviamente. Sus ojos escrutaron mi rostro de esa manera que sólo los padres saben. –Si quieres podemos subirnos al coche y largarnos.

Eso me arrancó una sonrisa. Estaba nerviosa, era cierto, pero el público sería limitado: sólo los Cullen, parte de la manada y Charlie. Una boda íntima, era la única condición que había puesto a Alice y ante la que no cedí. Había decidido no invitar a mi madre, haría demasiadas preguntas para las que no podía dar respuesta. Las llamadas telefónicas eran suficientes para ambas.

-Estoy lista. –afirmé y caminé hacia él. Le arreglé con cuidado la corbata que ya llevaba torcida. –Estás guapísimo, papá.

-Lo sé. –afirmó con cierta petulancia que me hizo reír mientras me ofrecía el brazo. Enlacé mi mano en él. Sabía que no tenía problemas de equilibrio a pesar de los tacones que llevaba pero una parte de mí necesita pedir cierto consuelo a mi padre, quizás la niña que definitivamente había dejado atrás.–No me dejes caer.

-Nunca.

Y así nos encaminamos hacia el altar.



Alice había hecho un trabajo magnífico. El jardín trasero de nuestra casa se había convertido en un espacio lleno de flores, incluido un pequeño techo realizado con unas hermosas flores que llenaba el ambiente de un maravilloso aroma.

Los invitados estaban sentados en unas sillas colocadas a lo largo del camino que ahora recorría del brazo de mi padre. Podía sentir el contraste entre la manada y mi familia vampírica. No sólo por el olor de cada uno de ellos sino también por la temperatura. Hielo y fuego. Aparentemente opuestos pero que en Alice y Leah funcionaba. Ambas me sonrieron desde sus asientos con sus manos unidas.

Pero todo el mundo, todo el decorado, el universo entero desapareció cuando lo vi. Estaba ahí de pie, debajo de un arco de rosas blancas y me miraba como si nunca hubiera visto nada más bello.

Su mano estaba a la misma temperatura que la mía cuando mi padre la depositó con suavidad en ésta. Me dio un rápido beso en la mejilla, algo ligero que no estropearía mi maquillaje –y tampoco me importaba- pero que me sorprendió y provocó que mis ojos escocieran antes de que se alejara hacia su asiento.

Jasper me dedicó una sonrisa comprensiva mientras su mano apretaba la mía con gentileza. Y así, con nuestras manos unidas, Carlisle inició la ceremonia.

La mayoría de sus palabras se escapaban de mi entendimiento. Mi concentración sólo en esos ojos dorados que mi miraban con el mismo amor que sabía que mostraban los míos. Sus votos fueron como palabras directas hacia mi corazón, con ese acento sureño y bajo que amaba.

Y cuando sus manos ahuecaron mis mejillas para depositar un beso en mis labios se sintió como si fuegos artificiales hubieran estallado en mi pecho.

-Te amo, señor Hale. –murmuré mientras a nuestro alrededor todos empezaron a aplaudir y silbar. Incluso pude ver a Edward por el rabillo del ojo aplaudiendo con una pequeña sonrisa. No éramos amigos todavía pero estábamos en ello.

-Te amo, señora Hale.

Y juntos, nos giramos hacia nuestra familia y amigos. Iniciando así nuestro recién matrimonio inmortal.





Nunca había escrito la boda de esta parejita y eso se tenía que acabar.🙈

Espero que os haya gustado esta historia y muchísimas gracias por apoyar otra de mis ideas locas. Sois las mejores personitas del mundo y os quiero mil❤️🥰

Nos seguimos leyendo en el resto de historias, mis amores🥰🥰

Vampire.  | Jasper x BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora