Cuando toda tu vida cambia en un parpadeo, ¿qué estás dispuesta a dejar ir? ¿Qué estás dispuesta a dejar entrar? Era algo que pronto yo, Bella Swan, averiguaría.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Seguí a Jasper hasta una zona boscosa que suponía la frontera entre nuestro territorio y el de los lobos. Carlisle ya estaba allí junto con Emmett y Rosalie. Reconocí a Sam, Jacob me había hablado de él y lo había visto una vez que fui de visita junto con Charlie para ver un partido.
A Jake le daba miedo, creía que escondía algo. Razón tenía, escondía ser el alfa de una manada.
-El rastro salía desde Forks hasta nuestro territorio. –informó mientras nosotros llegábamos hasta ellos. -Alguno de los míos están siguiendo ahora mismo ese rastro para ver hacia dónde se dirige vuestro invitado.
-No es nuestro invitado, desconocemos quién es. –la voz de Carlisle era tranquila y educada, carente del rechazo que se veía en la postura corporal de Sam.
Alrededor de Sam había un grupo de lobos. Enormes animales del tamaño de caballos que me dejaron totalmente impresionada.
Pero fue algo más. Un enorme lobo marrón que se adelantó un par de pasos cuando llegamos al lado del resto.
Sus ojos oscuros se clavaron en mí. Esos ojos...¿dónde los había visto antes?
-¿Así que no lo conocéis? -el tono de Sam era educado pero tenso y me sacó de mi ensimismamiento. Deseaba tanto estar ahí como el resto. Es decir, nada.
Carlisle negó.
-Hemos seguido su rastro y nos lleva a...
Titubeó, lanzándome una mirada de reojo que me dejó desconcertada.
-A una casa en Forks. -completó Rose por él, su rostro era la perfecta máscara de desdén cuando no se sentía cómoda con lo que la rodeaba. Tenía que admitir que el olor a perro mojado tampoco me agradaba a mí. -Ha estado dentro de la casa del jefe Swan.
Si me corazón se hubiera podido parar, lo habría hecho en ese instante.
-¿Qué? -jadeé, sintiéndome como si alguien me hubiera pateado en el estómago. Ni siquiera me importó que todos los ojos se centraran en mi, incluidos los lobunos.
La mano de Jasper se apoyó en mi baja espalda mientras su vista se clavaba en Rose, haciendo una pregunta silenciosa.
-Está bien, no lo ha dañado. -se apresuró a aclarar la rubia, sus ojos tenían cierta culpabilidad cuando mi miraron por haberlo soltado de forma tan brusca.
-Ni siquiera se ha enterado, Bells. -aseguró Emmett, aunque no perdía de vista a los lobos.
-¿Y qué hacía allí? -cuestionó Jasper. Usé la sensación de su mano en mi espalda como punto de anclaje para no ahogarme por la ansiedad.
-Es lo que vamos a averiguar. Alice y Esme están en casa por si se atreve a aparecer por allí aunque Alice no ha visto nada. -explicó Carlisle con calma. -Habíamos pensado en que podrías ir a casa de tu padre, ver si hay algo fuera de lugar.