Cuando toda tu vida cambia en un parpadeo, ¿qué estás dispuesta a dejar ir? ¿Qué estás dispuesta a dejar entrar? Era algo que pronto yo, Bella Swan, averiguaría.
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-¿Estás bien con todo esto?
Mi pregunta hizo que Jasper alzase la cabeza de los planos del bosque de Forks. Apenas quedaba media hora para nuestro encuentro con los lobos y él estaba aprovechando el tiempo para reconocer aún mejor el terreno.
-¿A qué te refieres? -cuestionó con cierta confusión.
Me moví hasta que mi cadera quedó apoyada en el borde de la mesa, mi mano rozó la suya que estaba apoyada en la misma.
Me mordí el labio inferior mientras sus ojos me recorrían el rostro. Había lanzando la pregunta pero no sabía cómo plantear mi inquietud.
-Vamos a luchar contra neófitos. -dije por fin, dándole a mis palabras un tono suave, como quién abre con cuidado un cajón que sabe que en su interior no hay nada agradable. -He pensado que quizás te trajera...recuerdos.
Dejó de inclinarse sobre el mapa para alzarse, sus dos metros de altura tapando la poca luz que se colaba por la ventana. Un día nublado en Forks. Nada nuevo.
Salvo la preocupación por ese vampiro rubio que había evitado que yo me perdiera en la locura de la inmortal.
Si alguien me hubiera dicho hacía unos meses que me preocuparía tanto por él, que me gustaría tanto, me habría reído.
La Bella humana amaba a Edward.
Pero ya no era esa Bella.
-Mis motivaciones son muy diferentes ahora. -su voz era calmada, segura y en sus labios había casi una sombra de sonrisa. -En el pasado maté porque no veía otra forma de vida, no conocía otro modo.
-¿Y ahora?
-Ahora mataré por mantener esta vida. -su mano se apoyó en la mía, sólida y suave a la vez. -Por proteger a nuestra familia.
Sentí una calidez extenderse por mi pecho al sentirme incluida en esa familia. Porque era cierto. Los Cullen se habían vuelto parte de mi familia. Mi clan.
Me incliné para apoyar la mano en su nuca y atraerlo hacia mí en un beso que quizás le pilló de sorpresa pero que correspondió de buen grado.
Si íbamos a luchar, lo haríamos juntos.
Y, a pesar del peligro, tener a Jasper a mi lado me provocaba una seguridad que jamás había sentido.
❋❋❋
-Los neófitos son salvajes. Es la etapa en la que menos control tenemos de nosotros mismos. Su sed los enloquecerá y tomaremos eso como ventaja.
La voz de Jasper retumbó en el claro donde estábamos reunidos. La mayoría de los lobos estaban en una línea justo delante de nosotros. Unos metros nos distanciaban, dejando claro que habían aceptado participar pero eso no implicaba que les gustásemos.
