Al día siguiente.
Abrí mis ojos con un poco de cansancio, había tenido una noche ajetreada, las chicas del barrio tenían mucha energía, luego de pasear por el parque, fuimos a una heladería y los disfrutamos en la terraza de la casa de Sara.
Era muy temprano, pero, había quedado con Camilo de ir temprano a buscar trabajo al supermercado, Lucía seguía dormida a mi lado, me levanté cuidadosamente de la cama para no despertarla, me coloqué las pantuflas y me acerqué a la puerta al escuchar que tocaban.
—Buenos días Morita, hora de ir a conseguir trabajo— anunció Camilo con gracia, ya estaba bien vestido, su cabello se veía húmedo
—Sí, muchas gracias Cami, iré a bañarme de inmediato— respondí emocionada sin alzar tanto la voz
—Vale, yo prepararé el desayuno, te espero en el comedor— me indicó sonriente, nuestras miradas permanecían fijas
—Voy enseguida— respondí finalmente, él asintió y se alejó inmediatamente.
Tomé mi cepillo de dientes junto una toalla, un jabón de avena que me habría dado Karlota, por lo que cada uno tenía sus útiles de aseo personal. Salí rápidamente del cuarto, estaba emocionada, conseguiría trabajo, ganaría dinero propio, eso me hacía feliz, porque mi vida finalmente estaba empezando.
En cuanto terminé de alistarme, fui hacia el comedor, Camilo entró segundos después, colocó los platos en la mesa, se sentó y empezamos a comer.
—¿Te gustaron los huevos revueltos de ayer?— inquirió, al parecer no le gustaba el silencio
—Sí, me encantaron, ¿qué tenían?— pregunté curiosa
—Tan sólo un poco de orégano y mantequilla para que me quedaran esponjosos— bebió un poco de café de su taza
—Me encantó mucho su aroma— dije, guardamos silencio mientras comíamos, había preparado unas salchichas con forma de pulpo, un huevo frito y una arepa de maíz blanco
—¿A dónde fueron ayer?— cuestionó una vez más—. Desperté y no las vi por ningún lado
—Al parque, tus hermanas me presentaron a sus amigas del barrio
—Ah, esas tres locas— espetó haciendo una mueca, se vio tan tierno
—¿Las tres locas?— inquirí confundida
—Sí, las tres están muy locas, cuando vienen aquí no dejan de acosarme y eso que dos de ellas tienen novios— narraba riendo
—Ni que fueras tan encantador— expresé con sarcasmo mientras le daba una mordida a la arepa, estaba tan deliciosa
—Auch, Morita, lastimaste a mi belleza— exclamó mirándome con seriedad
—Lo siento, nada más te molestaba
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Algo Inesperado
Roman d'amourCarmen no tuvo una buena infancia, sin embargo, tuvo momentos buenos que la mantuvieron de pie, cuando salió del orfanato, comenzó la búsqueda de una mujer que la apoyó mucho años atrás. Cuando pudo encontrar a esa gran amiga, le pidió ayuda para re...