Origen. Parte 2

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Los Neotzitanos son seres fascinantes que desafían las nociones convencionales de la existencia. Poseen una naturaleza híbrida, mitad humanos y mitad peces, lo que les otorga habilidades singulares y asombrosas. Su capacidad para comunicarse en diversos idiomas, incluido el lenguaje de los mares, les confiere un entendimiento profundo del entorno acuático. Más allá de esto, su conexión especial con la naturaleza les permite interactuar con los seres vivos de maneras que escapan a nuestra comprensión convencional. Esta singularidad los posiciona como guardianes de un reino marino, dotándolos de una sabiduría ancestral y una perspectiva única sobre el mundo que los rodea.

Neotzoita: Fuente de poder y vida para los Neotzitanos. Este elemento fue inicialmente solo bioluminiscencia al momento de la creación del universo. Sin embargo, con la llegada de los humanos, específicamente aquellos que lograron adaptarse y sobrevivir en el mar, la bioluminiscencia se fue transformando y evolucionando junto a esta especie. Esta evolución les otorgó mayores capacidades para habitar las profundidades marinas; la bioluminiscencia dejó de ser simplemente un proceso mediante el cual los organismos vivos producen luz, para convertirse en una fuente de curación, creación y destrucción para estos seres marinos. La Neotzoita representa una manifestación única de la bioluminiscencia, otorgando poder y vitalidad a los misteriosos Neotzitanos, a menudo referidos como sirenas. Esta bioluminiscencia alterada no solo les confiere una belleza etérea y cautivadora, sino que también sirve como símbolo de su conexión innata con el océano y sus enigmáticos secretos. Más allá de su mero aspecto visual, esta extraordinaria capacidad lumínica revela la profundidad de su existencia y su papel como guardianes de las profundidades marinas, dotándolos de un aura mágica y una influencia única en el ecosistema marino.

Hidraquio: Un misterioso elemento químico perdido, descubierto por el líder de los Neotzitanos, Neriko, que desafía nuestra comprensión convencional de la química y la cosmología. Este elemento posee una consistencia inusualmente mucilaginosa, carente de olor o sabor, lo que sugiere una naturaleza completamente ajena a todo lo conocido en nuestro planeta. Lo más asombroso es su origen, ya que se cree que proviene de otros planetas ubicados más allá de los confines de nuestra propia Vía Láctea, lo que plantea interrogantes sobre su trayectoria a través del vasto cosmos y las implicaciones cósmicas de su presencia en nuestro mundo.

Vitalio: un enigmático segundo componente químico, exclusivo de la neotzoita, que desafía las leyes convencionales de la química y la mineralogía. A diferencia del Hidraquio, su consistencia es más fluida, lo que sugiere propiedades dinámicas y cambiantes que escapan a nuestra comprensión actual. Su origen permanece envuelto en misterio, alimentando teorías sobre su conexión con una piedra ancestral imbuida de poderes únicos, que solo los neotzitanos son capaces de comprender y poseer. Este descubrimiento evoca la profunda conexión entre los neotzitanos y su legado ancestral, planteando interrogantes sobre el papel de estas misteriosas sustancias en el equilibrio cósmico y el destino de aquellos que las custodian.

Luminakia: Un descubrimiento de naturaleza ominosa y poder insondable, desenterrado por los neotzitanos en los albores de la historia. Esta sustancia, al combinarse con los dos elementos previamente mencionados, desata un poder inmenso y una fuerza sobrenatural que eleva a los seres vivos a un estado de inteligencia y rapidez sin precedentes. Sin embargo, al separarse de esta amalgama, se cree que la luminakia posee el potencial devastador de extinguir civilizaciones enteras sin discernimiento alguno. Su toxicidad para los mortales es legendaria, ya que el contacto con esta materia condena a la lenta desintegración, dejando tras de sí únicamente rastros de espuma resplandeciente. Este descubrimiento no solo plantea dilemas éticos y morales sobre su manipulación, sino que también suscita interrogantes sobre su verdadera naturaleza cósmica y su papel en el equilibrio del universo.

A lo largo de los siglos, los neotzitanos han mantenido en secreto su existencia de los humanos con el fin de preservar su reino y proteger su forma de vida. Para ellos, es estrictamente prohibido acercarse a la superficie de los mares, ya que cualquier contacto con los humanos podría resultar en una conexión que trasciende todas las relaciones conocidas. Sin embargo, estas interacciones nunca han tenido un desenlace feliz, como lo demuestra la trágica historia de Neriko, la cual ha perdurado en la memoria de cada habitante del océano como el romance más conmovedor que jamás haya sido contado. Así pues, Neriko entregó hasta el último átomo de su existencia a la mujer que amaba, a pesar de ser ella humana y él un Neotzitano.

La Luminakia puede ser devastadora, pero nada se compara con el poder transformador que desata un Neotzitano al enamorarse y descubrir su destino.

Secretos entre las olasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora