Bonsai: Una aventura heredada

Sombras de Traición

La madre se prepara otra vez para salir de aventura, y el corazón de Semper late con fuerza mientras la observa hacer sus preparativos. Con ojos llenos de ansiedad, le pregunta cuándo volverá y si algún día podrán salir juntos de aventura. La madre le sonríe con ternura y lo abraza con fuerza, sintiendo el apretón de su hijo en su corazón.

"Te amo, mi pequeño entusiasta", murmura la madre, acariciando su cabello blanco. "Pero aún estás muy pequeño para cargar una espada. Volveré cerca de 3 meses, tengo algo sumamente importante que hacer. Pásala bien con tu abuelo." Con un beso en la frente y una mirada llena de promesas, la madre se despide y parte hacia el horizonte, dejando un vacío en el corazón de Semper.

Semper observa con tristeza cómo su madre desaparece a lo lejos, preguntándose qué aventuras y peligros enfrentará durante su ausencia. Siente una mezcla de orgullo y preocupación por ella, deseando poder estar a su lado para protegerla. Con un suspiro, se dirige al salón, donde una estantería llena de objetos de las aventuras de su madre le llama la atención. Tomando un libro entre sus manos temblorosas, intenta distraerse con la lectura, pero su mente sigue preocupada por su madre.

Los tres meses pasan lentamente, y Semper se sumerge en los entrenamientos de esgrima, magia y aprendizaje con su abuelo, ansioso por demostrarle a su madre todo lo que ha aprendido durante su ausencia. Cada día, espera con impaciencia el regreso de su madre, imaginando cómo la sorprenderá con el pequeño collar de cristal violeta que ha hecho con su abuelo en una de sus salidas al pueblo.

Finalmente, el día del regreso llega, y Semper corre emocionado hacia la entrada de la casa al escuchar los pasos cansados de su madre. Pero su alegría se convierte en preocupación al verla llegar con algunos golpes, la ropa rasgada y con sangre cubriendo partes de su cara y ropas, evidencias del peligro que ha enfrentado durante su aventura. Corre hacia ella, ayudándola a sostenerse cuando cae desplomada en la entrada de la casa, su cuerpo estaba temblando de agotamiento.

Cuando Airi abre los ojos, ve a su hijo con los brazos extendidos sobre ella y al abuelo con un libro viejo en sus manos, dándole instrucciones al niño, y un brillo verde brotaba de ella. La emoción resplandece en su rostro al sentir el amor y la preocupación de su hijo, y nota rápidamente que su cuerpo ya no duele, gracias al poder sanador que fluye a través de ella.

Semper rompió a llorar al ver a su madre herida, preguntándole con desesperación qué le había pasado. Airi le aseguró que estaba bien y lo envió a su habitación para hablar con el abuelo. Aunque al principio se negó a dejarla, el cálido abrazo y el suave beso en la frente de su madre lo convencieron de que ella estaba a salvo. Con el corazón lleno de esperanza y un atisbo de ansiedad, se dirigió a su habitación para esperar ansiosamente el momento en que su madre le contara lo sucedido.

Magnus tomó asiento en el sofá y Airi comenzó a caminar por la sala con nerviosismo en su mirada, sus manos temblorosas revelaban una inquietud latente. Magnus tomó aire profundamente, y sin apartar la vista del libro que sostenía, preguntó con una aparente indiferencia: "¿Qué pasó en tu misión? ¿Quién cometió el error esta vez?"

Airi se detuvo, respiró hondo, y comenzó a relatar su misión.

Un mes y medio atrás...

En las tierras del Conde Joseph Arthur de Blackwood, la misión parecía sencilla. Me encontraría con seis aventureros más en una taberna cerca de la plaza principal. Para asegurarnos de que no hubiera espías entre nosotros, todos mostramos las cartas con los sellos de la cabeza de serpiente. Fue allí donde conocí a mis compañeros de misión.

El bárbaro Rog era carismático y fuerte, su gran sonrisa ocultaba una ira desenfrenada que parecía surgir en el momento menos esperado. Luego estaba Colibrí, la ladrona con una cara hermosa, como una muñeca de porcelana; nadie sospecharía que era la mejor ladrona del mundo. El mago Dux destacaba por su cabello verde y largo, que acentuaba su elegancia al hablar.