Semper despertó de golpe, cegado por un dolor intenso en la parte trasera del cuello. Sus sentidos se tambalearon mientras luchaba por entender lo que ocurría a su alrededor. Parpadeó varias veces, tratando de enfocar su visión borrosa.
"Eso sí dolió," murmuró Semper, llevándose una mano al cuello con expresión de dolor.
A medida que recobraba la conciencia, se percató de que estaba siendo transportado en una camilla improvisada de ramas y hojas, guiada por dos figuras desconocidas. Su abuelo, Druis, y Zombri caminaban a su lado con rostros preocupados y vigilantes.
"¡Semper, estás despierto!" exclamó Zombri, aliviado y alegre al verlo recobrar la consciencia. Druis se agachó a su lado con profunda preocupación en sus ojos.
"¿Cómo te sientes?" preguntó Druis, colocando una mano reconfortante en el hombro de Semper.
El abuelo, con una mirada seria pero tranquilizadora, intervino: "Descansaste bastante, pero necesitamos mejorar tu defensa. No podemos permitir que te derriben tan fácilmente en el futuro."
Aún aturdido, Semper observó a los hombres que llevaban la camilla y preguntó con curiosidad: "¿Quiénes son ellos?"
Druis se volvió hacia los hombres y respondió: "Son zombies de Zombri. Han estado ayudándonos desde que te desmayaste."
Zombri asintió con una sonrisa: "Son inofensivos, solo siguen mis órdenes. No te preocupes, están aquí para protegernos."
Semper observó a los zombies con fascinación y asombro. Sus movimientos eran toscos pero eficaces, y aunque sus rostros carecían de expresión, emanaban una extraña tranquilidad.
Druis, visiblemente intrigado, no pudo contenerse: "Si ustedes son de Thalassar, ¿cómo llegaron hasta este bosque?"
El abuelo miró a Druis de soslayo antes de responder con cautela: "Mi nieto y yo estamos de aventura por el mundo, explorando nuevas tierras."
Semper bajó la mirada, sintiendo un nudo en la garganta mientras el silencio pesaba sobre el grupo. Druis, movido por la curiosidad, rompió el silencio: "¿Saben lo que ocurrió hace años allá?" Zombri golpeó ligeramente el hombro de Druis, notando las lágrimas en los ojos de Semper mientras miraba al horizonte.
El abuelo suspiró profundamente y señaló hacia el pueblo a lo lejos, indicando que se acercaban a la salida de las tierras de Herbaria.
Con movimientos ágiles y sigilosos, el abuelo y Semper se separaron de Druis y Zombri al entrar en el pueblo. Avanzaron hacia un callejón oscuro, adentrándose en una zona de palpable peligro: el Mercado de Sombras. La fachada de una pequeña tienda, desgastada pero con un aura misteriosa, los recibió.
Después de tocar cinco veces, la puerta se abrió con un chirrido, revelando el interior de la tienda, lleno de objetos mágicos y curiosidades. Afuera, la nevada persistía, un fenómeno que siempre desconcertaba a Semper por su naturaleza dimensional.
Detrás del mostrador, una mujer joven y voluminosa se levantó con un cabello rojo y violeta que enmarcaba una mirada hechizante y una voz que resonaba con la máxima feminidad.
"Hola, querido," su voz transmitía emoción al ver al abuelo. "¿Cómo te ha ido? Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que estuviste aquí. ¿Y dónde está mi rayo de sol, Airi?" El abuelo bajó la mirada. "Airi falleció hace cuatro años," respondió con melancolía.
"Lo siento mucho, querido," dijo la mujer, abrazando al abuelo con cariño y dándole besos en la mejilla. Luego, se dirigió a Semper con una sonrisa cálida. "¿Y quién es este pequeño tesoro? Te pareces mucho a Airi con esos ojos rojos carmesí y ese cabello blanco."
"Él es el hijo de Airi, mi nieto, Semper," respondió el abuelo, mirando a su nieto con orgullo. "Permíteme presentarte a la hechicera más poderosa del mundo, Bonny Moll Dyer. También es la influencia principal en todos los mercados de sombras."
Bonny rió suavemente antes de abrazar al niño. "Que gusto conocerte, una lastima lo de tu madre, yo amaba a esa niña tan tierna, casi tanto como amo a tu abuelo, ayúdame a convencerlo de que sea mi esposo" dijo con un guiño a Semper.
El abuelo intervino, "Deja eso ya Bonny, Sabes que tu apariencia es de una chica muchísimo menor que yo y tu edad me hace parecer un recién nacido al lado tuyo." Dice el abuelo buscando algunas cosas en su mochila.
Bonny poniéndose firme Dice, "Olvídate de eso Magnus, la apariencia no importa cuando el amor florece, y no me hagas sentir vieja, Solo cumplí mil ciento diecisiete años. no es tanto, son como diecisiete años en brujo inmortal" soltando al pequeño y caminando al mostrador y dirigiéndose a Semper le dice "Tu abuelo desde que lo conocí cuando tenia apenas quince años me ha enamorado, pero nunca ha querido estar conmigo. Siempre dice que no soy su tipo; pero mírame, miles de hombres harían lo que fuera por mi, y tu abuelo siempre es mirando a esa Druida desaliñada." su tono de voz se pone furioso "¿Que le veías a esa Druida miedosa? yo puedo hacerte mucho mas feliz, rejuvenecerte, darte los lujos que quieras, piensa en el placer."
El abuelo con una expresión de desinterés deja unos objetos sobre la mesa, "Aquí tienes la esfera de poder, la madera hidratada y los colmillos de una serpiente brontal. ¿Cuántas monedas de oro me cobrarás por hacer un bastón mágico para mi nieto?"Bonny examinó los objetos con expresión de disgusto. "Podría hacer un buen bastón, pero con cuero de minotauro, podría crear un catalizador aún mejor. Por cariño y en honor a tu hija, le regalaré ese catalizador a tu nieto."
El abuelo recogió su mochila y se dirigió hacia la salida. "No, el niño se queda conmigo. Ve tú solo," dijo Bonny antes de que Semper pudiera reaccionar. "¿Por qué debería dejar a mi nieto bajo tu cuidado?"
Bonny se acercó a Semper por detrás, mirando al abuelo con complicidad. "Tu anciano suculento, déjamelo. Le enseñaré unas cuantas cosas. A cambio, tú me darás la noche que siempre he esperado," guiñándole un ojo y lanzándole un beso, el abuelo frunció el ceño, "Que no le pase nada a mi nieto."
"¡Sí!" exclamó Bonny emocionada, "Tu abuelo es tan obstinado. Siempre haciéndose el difícil con ese cuerpo musculoso y sexy, aunque me duela ver su hermoso rostro quemado, lo hace aún más sexy," sacudió la cabeza, sonriendo a Semper mientras extendía su mano. "Ven conmigo," lo llevó hacia la parte trasera de la tienda.
Mientras tanto, el abuelo emergió de la zona de mercado de sombras, regresando al clima primaveral de Herbaria. Se dirigió a la plaza central, donde encontró a Druis y Zombri en una pequeña panadería, junto al pequeño simio café que permanecía inconsciente.
Druis extendió la mano al abuelo al verlo acercarse. "Magnus, ¿Dónde estabas? Nos preocupamos al ver algunas ropas y temimos que nos hubieras dejado atrás."
Sonriendo, el abuelo respondió, "No te preocupes por eso. Visitamos a una vieja amiga y lamentablemente tuve que dejar a Semper con ella. Necesito hacer un pequeño desvío en nuestra ruta si queremos recuperarlo."
"Claro, por supuesto. ¿A dónde vamos?" preguntó Zombri.
El abuelo suspiró pesadamente, como si el pensamiento le trajera recuerdos difíciles. "Debemos dirigirnos al norte, a la aldea bárbara de los minotauros, Bulltoria."
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Bonsai: Una aventura heredada
FantasyEn un reino donde la magia y la aventura están entrelazadas en los rincones más oscuros y olvidados, un chico solitario encuentra consuelo en los relatos que su madre, una intrépida aventurera, trae consigo al regresar de sus misteriosas expedicione...