"Si no lo veo no existe", me lo repito hasta convencerme. Cuando llega la noche, te maldigo en mi mente; me atormenta el pasado y no puedo olvidarlo. Dicen que el rencor es malo y envenena el alma, pero hay algo que me ata a él.
Casi me corto las manos recogiendo los cristales de mi fe. Siento un tormento interno que sacude mi interior, que quema como mil soles ardiendo por ti, por un ángel sin alas con ojos de diablo. Porque sí, me sentía en el cielo contigo, pero luego solo caí directo al suelo. Cuando levanté la mirada para verte, comprendí que nada es perfecto, porque me viste y me dejaste tirado justo ahí.
Ahora lo entiendo todo. Fui solo otro tonto que te salvó de ti mismo y de estar solo. Solo fingías amarme y me tomabas de la mano mientras con la otra torcías tus dedos en señal de engaño. Si pudiera volver el tiempo lo haría sin dudarlo, porque he conocido gente en mi vida con la que me gustaría volver a empezar si tuviera la oportunidad. Pero cuando te conocí a ti, solo pude rezar de rodillas para olvidar y no volver jamás, porque me sentí usado y no puedo borrarlo. Ahora estoy manchado. Nunca diste la talla en ningún sentido para lo que es ser un hombre. El dolor es el único recordatorio que me queda de que, desgraciadamente, todo lo que vivimos y todo lo que pasó no lo imaginé.
Fracturaste mi fe. Los cristales, cuando cayeron, sonaron como leones rugiendo, por todo este tormento interno que me carcome desde adentro y me hace sangrar. Aun palpo el dolor, la cortada que no sana y que siempre sangra. Y es que, cuando veo atrás, ya no soy igual. Siento que falta algo en mi interior; algo se quebró, porque cuando veo atrás ya no soy igual.
Escuchar tu nombre me causa ansiedad. Hasta los lápices y los cuadernos tiemblan cuando recuerdan el dolor que yo sentí mientras escribía nuestra historia de principio a fin. Maldita sea la hora en la que nuestros caminos se llegaron a cruzar. Deseo, desde el hueco donde solía estar mi corazón, que algún día sientas lo que sentí yo, que tengas secuelas y traumas por un amor, todo por un ángel sin alas con ojos de diablo. Porque caí desde el cielo directo al suelo, y cuando más te necesitaba, me dejaste justo ahí. Comprendí que nada es perfecto, porque lo que alguna vez creí que era bueno para mí, ahora me carcome como una maldición desde adentro, como un maldito tormento interno que sacude mi interior. Me hizo llorar, me hizo sufrir, me hizo estar en desgracia por tanto tiempo, me hizo pasar el peor duelo de mi vida.
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Los Días Mas Grises (De Todos)
Poetry"Los Días Mas Grises (De Todos)" son escritos llenos de melancolía, ira, tristeza y reflexión. A través de mis vivencias, me sumerjo en un océano de emociones turbulentas, donde me acompañan personas en este viaje tormentoso. Este libro cuenta nuest...