Los Días Mas Grises (De Todos)

Asesinato

Estoy frente al espejo, no me gusta lo que veo. El aire está helado y mi mente quiere controlarme. Siento un vacío, hay cosas podridas en mí, pero nadie me juzga tanto como yo mismo. El ruido en mi cabeza es ensordecedor, no soporto mi tristeza. ¿Podré llegar a ver el amanecer? Alguien, por favor, que me detenga.

Tengo que cortar los lazos con mi antiguo yo. Si el cabello guarda recuerdos, quisiera arrancarlo todo ahora mismo. Ya no me gusta más. Me juzgo como un sacerdote en un confesionario, arrodillado al lado de un cuerpo muerto: mi antiguo yo.

Tan extraño, domino mis inseguridades y les doy la vuelta hasta convertirlas en mi belleza. Cubierto de sangre, llévenme a juzgarme. Ahora soy un asesino, miren el desastre que hice. Cargo las tijeras y acabo con él, enredado en cabello y viseras. Entierro mi viejo ser.

Escalo por el hueco de mi tumba, cubierto de arena. Me arrastro hasta la cima para ver directo al sol y sentir cómo este nuevo yo renace, más fuerte desde la misma muerte.