Los Días Mas Grises (De Todos)

¡Pero Soy Su Mejor Amigo!

Bajo las luces él me ve pasar. Pensé: "Aquí vamos una vez más". No eres mío y no lo serás jamás; alguien más te tiene en la mira.

Un humo rosa entra a mis pulmones en contra de mi voluntad mientras intento contener la respiración y mantener mis labios lejos del magnetismo de los tuyos. Cada tacto me electrifica hasta reanimar mi corazón. Cada caricia dicta una sinfonía que solo nosotros podíamos escuchar en la oscuridad de esa noche, en el rincón de los dos. ¿Qué pasa si esto es lo que realmente debería pasar?

Dos es un espectáculo, tres ya es un circo. Espero y ruego que él no nos venga a buscar. Correría millas por ti, por todo ese amor pecaminoso que me consumió como los cigarros que esa noche fumamos, fuera de la disco, ocultándonos de las luces parpadeantes como flashes. Un desliz y caí, como sufrir y vivir, como caer y volar. ¿Estoy viendo visiones? ¿Me volví loco o está pasando en verdad? Estas fantasías fatales me arrastraron a ti. Me confiesas cosas que jamás debiste decir; yo las guardé junto con mis sentimientos escritos a mano en un cajón con llave y candados en secreto, para que ni tú ni él los encontraran jamás. ¿Qué pasa si esto es realmente lo que debía suceder? Me van a crucificar de todas formas cuando lo sepan, como a una bruja en la hoguera.

Un parpadeo en mi mente: "¡Pero soy su mejor amigo!".

Un golpe bajo las estrellas, la realidad me golpea, mi mente y el alcohol me hicieron jugar mal. Lo voy a pagar, la culpa es mía y de nadie más. No debí estar con él, pero igual me arriesgué, supongo. Mi lealtad y honor los perdí, pero decidí redimir lo poco que quedaba de mí, confesar al final todos los pecados que cometimos. Con el tiempo, él y yo nos reímos de ti y de cómo todo pasó. Realmente, todo estaba bien.

Algunas veces me pregunto qué hubiera pasado si realmente hubiéramos pasado, si él no te hubiera tenido a ti, si no le hubiéramos hecho daño a él por jugar al gato y al ratón... Pienso igual que jamás hubieras querido mi compañía, tal vez ni la de él. Qué extraño es que extrañe cosas que nunca hicimos pero que me hubiera gustado hacer. Lo que sí sé es que, por un breve instante de mi corta vida, al menos para mí, fuiste mi crimen favorito.