Grimorio

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Lengua afilada, qué bien se me da manifestar el mal, pero no te asustes, contigo no lo haré jamás. Tomo papel y tinta y escribiré sobre él en mi maldito grimorio que me acompaña en los días más grises. En él guardo conjuros y maldiciones específicas para cada uno de ellos que me dañaron. Cada página tiene manchas y están pegadas por las lágrimas ácidas que caen cuando escribo. Cuando la pluma escribe, cada palabra es mejor dejarla. Cuando mi mano enfurecida describió a la perfección el dolor de mi corazón, entendí que la maldición estaba en mí. Tenía que dejarla ir. La dejé ahí, escrita en mi grimorio.

Escribiré en mi grimorio lo jodido que me dejaste, lo mucho que me encanta ser la víctima, lo mucho que me encanta llamar la atención, que me fascina mentir en mis diarios y que le pongo drogas a mis hechizos para hacerlos más "dramáticos". Y por eso es que aun así sigues allí leyéndolos, ¿no? En mi cueva, amargado y rodeado de cadáveres de las pobres víctimas que alguna vez se toparon conmigo. Tiré las cartas, leí los destinos, otros amores perdidos.

Rogué de rodillas por tu desgracia, lo confieso, me partía el alma. Con lengua afilada lo pensé, pero decidí escribirlo. Se me da bien manifestar el mal, pero no te asustes, lo hice con él, pero contigo jamás.

Cuando me junto con el aquelarre los viernes bajo la luna, me río de ti, de ellos y de lo que fuimos. Arranco las páginas de mi grimorio favorito y las lanzo al fuego. Algunas perdidas, otras guardadas, pero otras al dominio público. Mi grimorio con mis hechizos y las maldiciones escritas, ahora están a plena vista para ser leídas. Las dejé ahí para ellos, los capítulos de insomnio, rencor y hasta miedo. Y en un conjuro especial, la profecía se había hecho realidad al final...

En hebreo, griego o latín pude escribir todo el daño que me hiciste a mí. Tantos idiomas y decidí hablar con la verdad. Dejar impregnado el sufrimiento en las páginas para que sean leídas por otras generaciones de brujas, que al igual que yo, en sus días más grises, toman sus grimorios y destruyen en ellos a los hombres en los que alguna vez creyeron.

Me encantaste, me torturaste y luego me dejaste. Lengua afilada, "qué bien se te da manifestar el mal" dijeron. Me río y pienso "trátame mal y te irá fatal". Y deberías tenerme miedo, porque en mi grimorio tu nombre ya está dentro.

Los Días Mas Grises (De Todos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora