Los Días Mas Grises (De Todos)

Depresión Izquierda, Ansiedad Derecha !Listos!

Ah, la agónica danza de la ansiedad y la depresión, ese dúo dinámico que transforma cada día en una montaña rusa emocional con la estabilidad de un castillo de cartas en medio de un huracán.

Los días pasan frente a mis ojos y se permeabilizan con una mezcla de pánico silencioso y un vacío catastrófico. Tu mente salta entre preocuparte por absolutamente todo y que nada te importe en lo más mínimo. Cuando llega la hora de la verdad, los veo danzar: la depresión a la izquierda, la ansiedad a la derecha, ¡listos! Que comience el baile melancólicamente angustiante que todos conocemos, mientras yo me quedo atrapado en medio de los dos.

La ansiedad como siempre de primera, es más rápida y feroz, gira y salta con pasos largos y rápidos, dando giros como un torbellino. Me toma del brazo, me envuelve en tormentos y angustias sin sentido. La depresión no se queda atrás, es lenta pero pesada, con pasos toscos y fuertes que aplastan mi frágil mente. Se desliza con gracia melancólica y fría. Juntos son el baile tortuoso que atormenta a cualquiera que los ve, son un abrazo inquietante que te deja sin aire por tanto bailar hasta desmayar o queriendo dejar de respirar para acabar con la danza tormentosa que te sumerge en tu propia miseria, donde tu alma implora paz.

Cuando mis días se tornan grises, la ansiedad me levanta tomándome de la mano derecha con todas sus fuerzas, forzándome a mirar a mi alrededor y buscar un peligro inexistente, mientras que la depresión me toma de la mano izquierda hundiéndome en las sábanas hasta que el sol vuelva a caer y se repita la misma danza, el mismo patrón. En este escenario donde los estelares son ellos y yo solo soy el espectador, no puedo hacer más que observar cómo planifican los pasos del siguiente espectáculo en el que una vez más yo estaré atrapado.