𝙿𝚁𝙸𝙽𝙲𝙴𝚂𝙰 𝙳𝙴 𝙰𝚁𝙰𝚃𝙷𝙾𝚁𝙽

122 12 0
                                    

Mara se estremeció ante la orden directa del rey, pero extendió su brazo izquierdo hacia él, dejando al descubierto una marca en forma de V

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mara se estremeció ante la orden directa del rey, pero extendió su brazo izquierdo hacia él, dejando al descubierto una marca en forma de V. Thranduil examinó la marca con atención, sus dedos trazando suavemente el contorno mientras su expresión se volvía pensativa.

- Esta marca... - murmuró Thranduil, más para sí mismo que para los demás presentes. - Es la misma que vi en los informes... la marca de la princesa de Arathron.

Mara sintió un escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras del rey. La situación se había vuelto aún más complicada de lo que había imaginado. Si su identidad como princesa de Arathron era descubierta, podría desencadenar una serie de eventos que pondrían en peligro no solo su vida, sino también la de aquellos a quienes había aprendido a llamar amigos y aliados.

- ¿Cómo..? - Mara comenzó a preguntar, pero Thranduil la interrumpió con un gesto de la mano.

- No necesitas explicarte, Mara. - dijo Thranduil, su tono sereno pero firme. - Tu secreto está a salvo conmigo, pero necesito que comprendas la gravedad de la situación. Los elfos de Arathron no son bienvenidos en mi reino, pero mientras estés aquí, estás bajo mi protección.

- Vamos, hay que empezar cuanto antes. - Taruiel miró al rey y con sólo asentir, Thranduil dejó a Mara con Taruiel.

- Taruiel. - la elfa se volvió a ver al rey. - Protégela con tu vida si algo ocurre.

- Sí señor. - asintió volviendo con la joven y caminando junto a ella, siendo su escolta. - Explícame como llegaste aquí, Mara... - llegaron al puente de piedra y una vez solas, ambas se abrazaron.

- Te he echado de menos. - se abrazaron con fuerza, para separarse y continuar su camino al claro del bosque.

- Y yo... ¿has huido, verdad?

- Las cosas se complicaron, habían orquestado un matrimonio y esa misma noche me marché. Mi hermano me siguió, Lanert , y dos guardias fueron alertados. Corrí hasta que llegué al puente, y conocí a Legolas y Thranduil.

- Es... Thranduil no deja a ningún extraño hospedarse aquí. Eres la excepción y me alegro. Te vi pelear con Legolas... ¿cómo te hiciste eso? - señaló su brazo con una tela blanca.

- Thranduil quiso enseñarme cuerpo a cuerpo, sus técnicas. Le estudié, y fallé... ¿Un rey no hace eso por un extraño, y menos el rey del Bosque Negro?

- Supongo que tienes razón. Thranduil no suele ser tan... amistoso con los forasteros. Debe ver algo en ti que lo hace confiar en ti. - Taruiel miró a Mara con una expresión de curiosidad y admiración. - ¿Qué piensas hacer ahora? ¿Volver a Arathron?

Mara frunció el ceño, contemplando sus opciones. La idea de regresar a su antiguo hogar la llenaba de ansiedad y temor, pero también sabía que no podía quedarse en el Bosque Negro para siempre. Suspiró, tratando de encontrar una respuesta que satisficiera sus preocupaciones.

La luz del ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora