Mara, una joven elfa que huye de su hogar en busca de libertad, se pierde en el Bosque Negro y descubre el reino oculto de Thranduil. Acogida por los elfos del reino, encuentra en ellos un nuevo hogar.
Mara forma un vínculo especial con el rey Thra...
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Mara quedó en silencio tras oír lo que le habían dado a entender. Sabía que su padre quería unir ambos bosques, pero nunca se digno a pedírselo a Thranduil. Ahora que él la tenía en su reino, había visto en varios de sus documentos una palabra en común.
- ¿Casarme con tu padre, Legolas? - se levantó de un sillón cercano y observó a los elfos recién llegados.
- Créeme, no me gusta la idea pero veo como es contigo. - mantuvo su rostro serio, pero se podía ver otros sentimientos en sus ojos.
- Sería una buena estrategia por parte del Rey. - aportó Frodo. - Una pena que tengas que irte, Mara, te perderás el baile de esta noche.
- No me acordaba. - se frotó la sien y suspiró.
- ¿Baile? ¿Qué baile? - preguntó Taruiel acercándose a la sala.
- En la comarca cada año se celebra un baile en honor al tío de Frodo, Bilbo, por su regreso en batalla y sus grandes aportaciones. Nunca me lo perdía cuando era pequeña.
- Entonces regresaremos mañana. Iré a darle las noticias a mi padre, volveré más tarde... - se volvió una vez que estuvo fuera de la casa. - Y Mara... Te lo agradezco.
- ¿El qué, Legolas? - le siguió confusa.
- Hacer a mi padre sonreír como nunca lo había visto, no desde la muerte de mi madre... - asintió una vez más mirándola. - Gracias.
- Dáselas a él por acogerme. - una vez que se despidieron, Mara entró de nuevo y le explicó junto a Frodo, que era el baile de la comarca. - Bien, Taruiel, toma asiento. - sonrió. - Legolas dejó a Mara con una ligera reverencia y se dirigióa su montura y galopó hacía su hogar para informar a su padre.
- Cada año, celebramos un baile, que puede durar horas con nosotros. - sonrió Frodo. - Adornan la plaza central con farolillos y algunos de los míos tocan música. Es un detalle que del que nunca me queje, no desde que mi querida amiga Mara se junto a nosotros, llama la atención de muchos y ya es una más de La Comarca, cada vez que vuelve, claro.
- Siempre vuelvo, Frodo. - le dirigió una mirada divertida, para dirigirse a Taruiel después con una sonrisa. - Y no te preocupes por la ropa, no hay nada interesante en llevar algo para el baile, pero la música es preciosa cada año.
- Los bailes de Thranduil son... diferentes, aprenderé de este. - asintió curiosa.
- No hay que seguir pasos, sólo dejarse llevar. Esa es la ley del baile. - sonrió a su amiga. - Ahora cuéntame, ¿cómo fue la reacción de Thranduil al ver mi ausencia. - Taruiel suspiró y se acomodó en el sillón, cruzando las piernas con elegancia antes de comenzar a relatar.
- Al principio, estaba furioso. - confesó, mirando a Mara con una expresión grave. - No le gusta que sus planes se alteren y tu ausencia lo era, por lo menos para él. Pero cuando... cuando le mentí, explicándole que habías ido a la Comarca a ver a Frodo por qué te conozco y sé que vendrías, su furia se apaciguó un poco.
