Mara, una joven elfa que huye de su hogar en busca de libertad, se pierde en el Bosque Negro y descubre el reino oculto de Thranduil. Acogida por los elfos del reino, encuentra en ellos un nuevo hogar.
Mara forma un vínculo especial con el rey Thra...
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La noche siguiente, después de cenar, los dos elfos se dirigieron a sus aposentos, pero mientras el rey elfo llegaba, Mara se colocó un vestido atrevido, con la idea de celebrar su matrimonio después de concretar la fecha.
- Te esperaré en nuestros aposentos. - sonrió subiendo las escaleras la elfa, su futuro esposo la siguió metros atrás.
Al llegar, Thranduil se quitó la primera capa, quedando en una prenda fina que resaltó sus músculos en sus brazos. Sintió cómo el cuerpo de Mara se tensaba aún más ante su contacto y cómo colocaba su mano derecha en su cadera, sosteniéndola firmemente mientras se besaban y acababan desnudos en la cama, después de quitarse la ropa. Su corazón latía con fuerza ante la excitación mientras se acercaba aún más a ella y sentía cómo el bote de lubricante se alejaba momentáneamente.
- Sólo relájate. - dijo Thranduil. Su dedo se movió dentro de ella y, con su miembro cerca de su otra entrada, se acercó decidido.
- Oh, sí. - suspiró Mara, agarrada a las sábanas.
Thranduil sentía cómo los músculos de Mara se tensaban ligeramente alrededor de su dedo índice, cómo su respiración se aceleraba y cómo su cuerpo se estremecía ante la sensación de él dentro de ella. Continuó moviendo su dedo ligeramente dentro y fuera, preparándola suave pero firmemente para lo que venía.
- Mmm... Eres tan apretada. Quiero sentirte alrededor de mí, pero tengo que prepararte primero.
Sintió cómo ella se relajaba ligeramente a medida que su dedo índice se acercaba a su centro y cómo su cuerpo respondía a su tacto. Su mano derecha acariciaba suavemente la espalda de Mara mientras su dedo índice comenzaba a deslizarse suavemente y con cuidado en su interior.
Se alejó un momento y alcanzó el bote de lubricante, abriéndolo y dejando un pequeño chorro en su mano. Su mano izquierda volvió a colocarse entre las piernas de Mara, extendiéndose suavemente alrededor de su centro antes de colocar ligeramente su dedo índice cerca de su entrada, pero se detuvo y la colocó boca abajo.
Colocó su otra mano en la cintura de Mara y la apretó ligeramente hacia él, acercándola aún más. Su mano derecha se deslizó hacia abajo, acariciando su entrepierna mientras le hablaba con voz baja y oscura.
- Voy a hacerte mía, esposa mía. Y voy a hacer que olvides todo menos mi nombre.
Sentía cómo su corazón latía con fuerza al oír cómo Mara decía su nombre, y cómo las palabras salían de sus labios en un susurro suave pero lleno de deseo. Su cuerpo se acuñaba ligeramente y se apretaba cuando la colocó de rodillas frente a él.
