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-Entonces esos señores con los que nos van a llevar ¿leen la mente? - Troya les preguntó a los chicos luego de que le explicaran qué y quiénes eran los hermanos silenciosos. -Genial.- Los miró con una sonrisa.
-No quiero a nadie en mi cerebro. - contestó Clary con voz débil. Troya se acercó y acarició su hombro.
-Al parecer es la única forma para encontrar la copa y por consiguiente, encontrar a Joselyn. - Troya le explicó lo más tranquila posible, sabía que a Clary le asustaba. -Todo va a estar bien enana. - besó su cabeza.
-Iré con ustedes. - Jace les dijo a las chicas. -No te dejaré sola. -Miró fijamente a Troya.
-Es suficiente. - Simon se metió en la conversación, rojo de la rabia. -Dejalas en paz.
Alec echó una rápida mirada a Simon como si acabara de advertir su presencia, mientras se apartaba el cabello de los ojos con los dedos y pestañeaba.
-¿Qué haces tú todavía aquí, mundano?
Simon hizo como si no existiera.
-He dicho que las dejes en paz.
Jace le echó una mirada, una lenta mirada dulcemente ponzoñosa.
-Alec tiene razón. -dijo. - El instituto tiene el deber de dar refugio a cazadores de sombras, no a sus amigos mundanos. En especial cuando estos han dejado de ser bienvenidos.
Isabelle se acercó y tomó a Simon del brazo.
-Lo llevaré afuera.
Por un momento pareció como si Simon fuera a resistirse, pero captó la mirada de Troya, negando levemente y se calmó. Con la cabeza en alto dejó que Isabelle lo llevara a la salida.
Troya bostezó.
-Creo que debo ir a dormir. - Se estiró y volvió a bostezar. -Mañana iremos a ver a los hermanos mutilados.
-Apenas y comiste. - Jace protestó.
-Si como algo más te vomitaré encima por la ansiedad. - lo miró con súplica, realmente quería dormir.
-Dejala ir. - Alec intervino. -Vamos, te llevo a tu habitación. -Le tendió la mano y la chica la aceptó con gusto.
Troya sentía las miradas de soslayo que le mandaba el pelinegro.
-¿Sucede algo?
-Es que. - Alec volvió a mirarla con los ojos brillosos. Carraspeó la garganta y se enderezó. -Te pareces a alguien que alguna vez conocí.
-Lo siento. - Alec carraspeó cuando sintió a la chica tensarse. Intentó saltar su mano pero la pelinegra no lo dejó.
-No te preocupes Alec. - le dio un apretón a su mano y le sonrió.. -Sé que es difícil perder a alguien. En especial cuando sueles recordarla en todo. - Sus ojos se cristalizaron y se le cortó la voz cuando un sentimiento de pérdida se clavó en su pecho.