II.

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"Educación y modales"

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"Educación y modales"

No me gustan mis ojos.

No me gusta lo que ven, es triste, quizás, o tal vez, ya no lo sé. Se supone que los niños de mi edad deberían jugar, saltar y agotar su energía para luego dormir y despertar listos para otro día de aventuras.

Pero para mí, todos los días son iguales. Pasan velozmente a través de mis ojos, sin dejar más que un rastro efímero en mi memoria. Ya no hay segundos en mis minutos, ni minutos en mis segundos; solo hay horas.

Una hora más, para sumar a una larga eternidad.

Eso es deprimente. Cada hora que transcurre se siente como una gota en un océano infinito, una diminuta pieza de un rompecabezas interminable. No importa cuántas experiencias acumule, cuántos momentos capture; siempre habrá más, siempre habrá un futuro incierto estirándose hacia la eternidad.

Mis ojos, aunque me disgusten, son testigos de esta realidad desgarradora. Pero a pesar de todo, no puedo evitar mirar hacia adelante, buscando un destello de esperanza en medio de la oscuridad que se extiende ante mí.

Porque incluso en este mar de horas interminables, hay momentos de luz que merecen ser vividos.

O al menos eso piensa Percy, y yo nunca le diría a Percy que la vida no es tan linda como él cree, aunque él no lo tiene fácil tampoco, hijo de un Dios, una madre muerta, y solo en un mundo que no entiende.

¿Solo?

No, Percy no está solo, porque me tiene a mi.

—Sally Jackson ha desaparecido, su hijo es el único testigo de lo ocurrido, por lo tanto, se le pide a los ciudadanos que se mantengan alerta y llamen a las autoridades si llegan a...

Mi dedo apago el televisor, me recosté en mi silla ladeando mi cabeza con un pequeño puchero, no me gusta que mencionen a mi mejor amigo en las noticias.

Además, madre no está de humor, y no está contenta de que su buena amiga Sally desapareciera. Quizás por eso ha aumentado un triple de veces la seguridad de la mansión.

Estupida.

Alzo mis ojos mirando a la sirvienta, que hace una leve reverencia para después poner una bandeja en mi mesa, la miró en silencio mientras sirve cada cosa, mis ojos notan al instante el temblor en sus manos.

—¿Tienes miedo?

Mi pregunta logra exaltarla, porque da un salto en su sitio derramando el contenido de la copa, ella comienza a recoger los vidrios sin el más mínimo cuidado, cortando uno de sus dedos.

No le presto atención, ser un vampiro no significa que sea un ser sin moral y conocimiento de lo que está bien y lo que está mal, si me dejara llevar de mis instintos sin pensar en las consecuencias no sería más que un animal.

ʟᴏꜱ ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏꜱ ᴅᴇʟ ɪɴꜰʀᴀᴍᴜɴᴅᴏ|ʜᴀᴅᴇꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora