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"La Arcana Reina, los secretos de 1875, y un mejor amigo leal"
El amanecer me recibe con una nueva versión de mí. El sol no brilla tan fuerte como antes, pero es lo que soy hoy, y lo que seré mañana.
Me incorporo lentamente en mi cama, notando al instante que mi cuerpo se siente más ligero, más poderoso. Mis sentidos están agudizados; cada sonido, cada olor, cada matiz de luz es más nítido que nunca. Mis ojos, ahora acostumbrados a la penumbra, recorren mi habitación con una claridad desconocida hasta ahora.
El suave susurro de la seda contra mi piel me recuerda la transformación que ha tenido lugar. Me levanto, mis movimientos son fluidos y gráciles, como si una nueva energía fluyera a través de mis venas. Camino hacia el espejo, y la figura que me devuelve la mirada es la de una vampiresa adulta, poderosa y segura. Mis ojos rojos brillan con una intensidad que nunca antes había visto.
Salgo de mi habitación y entró en el pasillo, donde los sirvientes ya están presentes, realizando sus tareas diarias. Al verme, se detienen en seco, sus ojos se abren con asombro y reverencia. Lentamente, uno por uno, se arrodillan ante mí.
—¡Larga vida a la Arcana Reina! —proclaman al unísono, sus voces llenas de respeto y admiración.
Siento una oleada de poder y responsabilidad. Cada mirada de devoción, cada inclinación de cabeza, es un recordatorio de mi nueva posición. Camino entre ellos con la cabeza en alto, mis pasos seguros y firmes. Las palabras "Arcana Reina" resuenan en mi mente, una confirmación de mi liderazgo y mi destino.
A medida que avanzó por los pasillos, la realidad de mi situación se asienta en mi mente. Ya no soy la joven que luchaba por su libertad; ahora soy la líder, la guía de mi clan. Los desafíos que enfrento son mayores, pero también lo es mi determinación. Los murmullos de "Larga vida a la Arcana Reina" continúan, una melodía constante que me acompaña.
Entró en la gran sala donde se toman las decisiones importantes. Las sombras de los ancianos caídos parecen observarme, pero no con juicio, sino con una silenciosa aprobación. Me dirijo al trono que ahora es mío, y al sentarme, siento que el círculo se ha completado. El peso de mi responsabilidad es inmenso, pero mi espíritu es indomable.
Hoy comienza una nueva era. Soy Akari Rose Yoshida, la Jidōja de este clan. Y bajo mi liderazgo, nos levantaremos más fuertes que nunca.
...
Percy suspiró, sus ojos recorriendo el entorno con una mezcla de ansiedad y desesperación. Thalia había regresado, ya no era un árbol, pero ese milagro se desvanecía ante la ausencia de la persona que realmente importaba: Akari.
Ella no estaba allí. La primera noticia que recibió al llegar fue que el campamento estaba en cuarentena, un intento desesperado por evitar ataques. Luego le informaron que todo estaba bien, pero que los campistas debían revisar todo el bosque. La razón: Akari había escapado.
