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"Entre el deber y querer"

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"Entre el deber y querer"

Sentada en mi habitación, con la tenue luz de la luna filtrándose por las ventanas, la noticia seguía resonando en mi mente. Thalia. Mi media hermana. La única persona en este mundo que verdaderamente comprendía lo que significaba estar atrapada entre dos realidades tan distintas. Y ahora, su esencia, su vida, se encontraba en peligro.

"El árbol de Thalia fue envenenado. Luke lo hizo. Es posible que el árbol muera." Las palabras rebotaban en mi cabeza como un eco interminable, cada repetición un recordatorio de la traición y el peligro que acechaba. La rabia hervía en mi interior, mezclándose con una tristeza profunda. ¿Cómo pudo Luke hacer algo así? ¿Cómo pudo traicionar a alguien tan pura y valiente como Thalia?

Me levanté de la cama y caminé hasta la ventana, mirando las sombras que se alargaban en el patio. Sentía una furia ardiente, una rabia que amenazaba con consumir todo a su paso. Quería gritar, romper algo, hacer que el mundo sintiera la misma desesperación que yo sentía en ese momento. Pero más allá de la ira, había una tristeza abrumadora, un dolor que perforaba mi corazón. Thalia era más que una hermana; era mi conexión más profunda con el mundo de los dioses, alguien que había compartido mis luchas y comprendía mis tormentos.

El árbol de Thalia era más que un simple símbolo; era su legado, su protección para todos los campistas. Y ahora, envenenado por la traición de Luke, parecía que todo lo que habia construido estaba en peligro de desmoronarse. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos, pero me negué a dejarlas caer. No podía permitirme ser débil, no ahora. Thalia había sido fuerte, y yo también debía serlo.

Luke. El nombre solo evocaba traición y dolor. Apenas había compartido momentos con él, pero su acto de envenenar el árbol de Thalia me afectaba profundamente. Su ambición y su sed de poder lo habían corrompido, llevándolo a este acto despreciable. ¿Cómo pudo hacerlo? ¿Cómo pudo dañar algo tan puro?

Mientras me sumía en mis pensamientos, la puerta se abrió suavemente y vi a Kae, mi madre, entrar. Su rostro, habitualmente imperturbable, mostraba una preocupación inusual.

—Akari—Dijo con su tono frío y controlado—Necesitamos hablar.

Kae siempre había sido una figura de autoridad fría y distante, y en ese momento, necesitaba desesperadamente un poco de comprensión y apoyo. Pero su rostro no mostraba ninguna empatía.

La esperanza de encontrar un aliado se desvaneció rápidamente al ver la indiferencia en sus ojos.

—El árbol de Thalia ha sido envenenado—Le dije, tratando de mantener la voz firme—Luke lo hizo. Es posible que el árbol muera.

Kae levantó una ceja, su expresión imperturbable.

—Thalia—Repitió con un deje de desdén—Ese es un asunto de semidioses, Akari. Tú eres un vampiro, y no deberías preocuparte por esas trivialidades mortales.

ʟᴏꜱ ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏꜱ ᴅᴇʟ ɪɴꜰʀᴀᴍᴜɴᴅᴏ|ʜᴀᴅᴇꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora