XI

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Dos días después/Mount Olympus

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Dos días después/Mount Olympus.

Día del solsticio, narrador omnisciente.

Catorce grandes tronos formaban una U alrededor de la hoguera central, igual que las cabañas en el campamento. En el techo reducían todas las constelaciones, incluso la más reciente: Zoë la cazadora,avanzando por los cielos con su arco.

Todos los asientos se hallaban ocupados.Los dioses y las diosas medían unos cuantos metros de altura.

—Bienvenidos, héroes—Dijo Artemisa.

Había un esfera de agua suspendida en el centro de la estancia,junto a la zona de la hoguera. Bessie nadaba alegremente en su interior,agitando su cola de serpiente y asomando la cabeza por los lados y la base de la esfera.

Parecía disfrutar aquella novedad de nadar en una burbuja mágica. Grover permanecía de rodillas ante el trono de Zeus.

—¡Bravo!—Exclamó en cuanto los vio—¡Lo habéis conseguido!

Iba a correr a su encuentro cuando recordó que él estaba dando la espalda a Zeus y levantó la vista para solicitar su permiso.

—Anda, ve —dijo Zeus sin prestarle atención a Hades. El señor de los cielos miraba fijamente a Thalia, pero ella parecía perdida en sus pensamientos, con los ojos enrojecidos y la mirada perdida en el vacío.

Todos los jóvenes héroes estaban sumidos en sus propios tormentos. Annabeth Chase miraba el suelo con una fijeza dolorosa, lágrimas silenciosas recorriendo sus mejillas.

Thalia Grace tenía su cabello negro como la noche despeinado, sus puños apretados y los ojos enrojecidos por el llanto contenido. Grover se veía igualmente desolado, con los ojos vidriosos y la expresión compungida.

Percy Jackson miraba a los dioses con una intensidad que reflejaba una tormenta emocional a punto de desatarse. Sus ojos azules, normalmente serenos como el mar, ahora ardían con una mezcla de ira y desesperación. Sostenía por los hombros a Bianca, pálida y visiblemente herida.

Bianca estaba peor que todos juntos. Su rostro pálido mostraba el rastro de la batalla, sus ojos alternando entre su color natural y un rojo intenso de dolor. Lágrimas caían incesantemente por sus mejillas, marcando un dolor que trascendía lo físico.

A pesar de haber salido victoriosos, todos parecían desolados. La carga emocional que llevaban era tan pesada que cualquiera podría haber pensado que acababan de perder una gran guerra.

Aunque en medio de su dolor, no pudieron evitar sorprenderse de ver al mismísimo Hades en persona sentado en un trono cerca de su hermana Hestia.

—No podéis dejar que hagan esto.

—¿El qué?—Pregunto Percy con la voz ronca.

—Heroes.

La diosa bajó de su trono y,adoptando su estatura humana, se convirtió en una chica de pelo castaño rojizo que se movía con desenvoltura entre los grandes olímpicos.

ʟᴏꜱ ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏꜱ ᴅᴇʟ ɪɴꜰʀᴀᴍᴜɴᴅᴏ|ʜᴀᴅᴇꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora