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"Amar a quien odias y odiar a quien amas"
Allí, esperando junto a una barca, estaba Caronte, el barquero del inframundo. Su figura esquelética y su mirada penetrante nos observaban con una mezcla de curiosidad y desdén. Pero sus ojos se suavizaron al verme, me acerque a él a paso tranquilo sin entender.
—Creo que acabo de morir.
Caronte no hablo, solo me miro en silencio, sus ojos fueron al suelo y luego a mi rostro, hizo una señal para que subiera al barco, cosa que hice, me senté y él comenzó a remar.
—Aun te ves medio muerta.
Mis ojos fueron hacia él, pero no me estaba mirando, sus ojos estaban fijos en la dirección en la cual remaba.
—¿A qué te refieres?
—A qué hora te ves mas muerta que antes, pero hay una chispa diferente.
—¿Antes?
—¿No lo recuerdas?—Caronte bufo—No sabía que los vampiros eran tan olvidadizos.
—No somos olvidadizos.
—Pero tu si, ¿no piensas que es extraño?
—Yo soy diferente.
—¿Dices eso para poder dormir?
—¿Por qué me estás atacando?
—No te estoy atacando, estoy siendo sincero contigo, pero parece que ni tú misma has sido sincera contigo misma.
—Eso me suena a ataque.
—Sin embargo, tu estas a la defensiva.
—Esta conversación terminó.
Caronte resoplo en lo que yo entendí que era una risa burlona y dejó de remar de repente, alcé una ceja hacia él.
—Kae Yoshida cruzó por este misma dirección hace poco—Dijo haciendo que mi cuerpo sufriera un escalofrío—Estaba sonriendo, creo que eso fue lo que más me sorprendió, he cruzado a miles de seres, humanos, semidioses incluso vampiros, y nunca había visto a ninguno sonreír de la manera en la que ella lo hizo. Tan llena de vida incluso en la muerte.
Mis ojos se llenaron de lágrimas que me forcé a no dejar caer, sonreí amargamente.
—Entonces es bueno, porque me reuniré con ella y no quiero que pase todo el descanso eterno reprochandome su muerte.
