Once; "Supernatural; Entre Vampiros y Cazadores" Parte 1

47 8 1
                                    

Respiré agitadamente, sintiendo mi cuerpo arder con miles de sentimientos encontrados y ninguno bueno. Una tormenta terrible caía encima mío, mojando mi cabello recogido, decorado con una pluma que parecía que se la había arrancado a una paloma muerta. Tenía un vestido de época con volados y una bufanda que parecia la cola de un caniche alrededor de mi cuello. Lucía patética y era patética.

Desde lo más profundo de mi ser, salió un grito. Un grito fuerte, agudo y que desgarró mi garganta.

Con el alma en las manos, miré mi celular, lo estampé contra el suelo y lo pateé furiosamente. Se rompió en ochecientos pedacitos pequeños.

—¿Y tú que me ves? —Grité al ver la mirada desquilibrada de Matt Donovan. El rubio estúpido que formaba parte de la banda de Scooby Doo.

Matthew quedó tieso en su lugar, con su paraguas verde esmeralda cubriendo su cabeza. Por un milisegundo, quizás sentí pena. Mentira, nunca sentiría pena de Matt.

Era estúpido como todos los que vivían en ese asqueroso pueblo, se creían invencibles por ser vampiros cuando no eran ni la mitad de fuertes que muchos monstruos que tuve que enfrentar, se creían que eran los únicos cuando no valían una mierda.

Y yo tampoco valía una mierda. Era igual de estúpida o más que ellos.

¿Por qué tanto odio, dirán? Todo tiene una explicación.

Horas antes...

Había decidido ir a visitar a Rebekah a su casa para seguir afianzando nuestra amistad. El día anterior había sido mi supuesta cita con Klaus y desde allí no lo había vuelto a ver. Necesitaba una constante interacción con ellos.

Toqué el timbre y esperé, con todo mi peso apoyado en un pie. Lo golpeé contra el piso impaciente cuando después de unos segundos nadie abrió, volví a tocar.

Así pasó tres veces, donde contaba hasta 60 y nadie me abría.

—¿Qué puta mierda? —Gruñí, haciendo un ademan de darle una patada a la puerta. Claramente no lo haría, era para descargarme, pero justo en ese momento la puerta fue abierta.

Justo en ese momento, cuando estaba con la pata estirada contra la puerta, ¿No podría haber sido antes o después? Definitivamente me cagó una cacatúa, ni siquiera una paloma.

Inmediatamente enderecé mi espalda y tragué saliva. Klaus tenía una pequeña mancha de negro en su mejilla y tenía un pincel cargado con el mismo color.

—¿Estabas por patear mi puerta? —Pronunció, estupefacto.

—¡Claro que no! —Me defendí rápidamente.

—¿Y qué hacías con tu pierna a punto de tocar la puerta, cómo si fueras un simio incivilizado incapaz de esperar a que abriera? —Rebatió, cambiando su expresión por una aburrida y sin gracia.

Mi boca tocó el suelo.

—¿Me estás puto jodiendo? ¿Cómo me llamaste? —Se me hizo incapaz contener las palabrotas en mi boca, ¡Me había llamado mono e incivilizada!

—¿Puto jodiendo es una expresión actual? La Real Academia Española debería considerar un crimen hablar así. —Una pequeña sonrisa escapó de sus labios pero la borró inmediatamente.

—El que va a morir eres tú si sigues hablándome así. —Amenacé como sí estuviera amenazando a cualquier persona en la calle o en el instituto aunque sabía que podría machacarme los órganos con un simple abrazo apretado.

Los ojos del rubio se encendieron y se acercó a mí amenazante (en mi perspectiva, seductoramente, amaba que me desafiara).

—Muchos murieron por menos... —Murmuró con voz ronca agarrándome por la mandíbula con una de sus manos.

Winchester Soul ━━ the vampire diaries, supernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora