Doce; "Supernatural; Entre Vampiros y Cazadores" Parte 2

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Inflé mi pecho observando a mi alrededor. Cientos de adolecentes bailaban de una manera extraña una canción de época, específicamente de los años 20's.

Mi cuerpo estaba enfundado por un vestido de color rojo oscuro y lleno de volados que llegaba a la altura de mis rodillas, una especie de bufanda de pelos raros rodeaba mi cuello y mi cabello estaba recogido en un hermoso moño que tenía como decoración una pluma. Caroline me había vestido, peinado y maquillado. Sentí un pequeño tirón en mi brazo; Stefan los había cruzado y ahora caminábamos como un matrimonio de hace décadas.

Por un momento vi mi reflejo en una de las ventanas del salón en que se realizaba el baile y pensé en lo ridícula que me veía pretendiendo ser normal. Me imaginé a Dean criticando la cola de caniche que rodeaba mi cuello y a Sam diciéndole que se calle si no quiere que yo lo mate.

—¿Estás bien? —Preguntó Stefan y carraspeé sin querer lucir extraña.

—Sí, solo.... Pensaba.

—¿Puedo saber en qué? —Una vez en el centro donde estaban todos bailando, el vampiro acomodó sus manos a los lados de mi cintura y me acercó a él.

—Mira disimuladamente a tu izquierda. ¡Disimuladamente dije! —Susurré en su oído al momento en que casi se disloca el cuello por mirar. Stefan se rió suavemente.

—Oh... —Cualquier rastro de emoción desapareció de su cara. Una morena bellísima nos miraba a unos cuantos metros, sin disimular su ceño fruncido. Claro, a unos metros estaba Damon que apretaba sus labios.

—¿Quieres volverla loca? —Modulé con mis labios, sin querer decirlo en voz alta para que no escuche ninguno de los vampiros allí presentes.

Ninguno, porque Stefan y Damon no eran los únicos. Minutos antes había visto a Klaus vestido con un traje de colores claros y su cabello engominado hacia el costado. Remojaba sus labios en su copa de vino y yo simulé no haberlo visto, aunque nuestras miradas se hayan cruzado.

Una música lenta comenzó a sonar y rogué porque Stefan me enseñara a bailarla. A regañadientes, lo hizo y bailamos pegados uno al otro, hasta en cierto momento había tirado mi cuerpo hacía abajo en un paso que hacían en aquella época. Teniéndome así, aprovechó y atacó mis labios lentamente, disfrutando el momento.

Escuché el ruido de vidrios rompiéndose contra el suelo y no necesité mirar como para saber quién era.

—Stefan, tenemos que hablar. —Su dulce hermano interrumpió nuestro beso con una extraña seriedad. Algo andaba mal y Stefan lo notó, puesto a que después de pedirme disculpas corrió detrás suyo.

Sin saber muy bien qué hacer, decidí ir al baño de mujeres a remojar un poco mi cuello que hervía por el calor.

Por el espejo, pude ver como cierto grano en el culo entraba al baño y se apoyaba contra una pared, con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón.

Me molestaba que hasta cuando estaba furiosa con él tenía que parecer un jodido sex symbol.

—Es el baño de mujeres, está prohibido entrar. —Musité modulando exageradamente la palabra "prohibido".

—¿Qué hacías con él? —Me ignoró y soltó bruscamente.

—¿Con quién? ¿Con Stefan? —Pregunté con una inocencia sobreactuada que logró perturbar aún más al híbrido. En un rápido movimiento ya estaba en frente mío agarrándome suave pero firme por la nuca.

—No me jodas, Lorelai. ¿Qué hacias con él?

—Puede ser que es porque es mi cita, y porque me gusta. —Me encogí de hombros con una sonrisa falsa y molesta. Volví a mirar mi reflejo en el espejo y saqué mi labial para repasarlo.

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⏰ Última actualización: Jul 05 ⏰

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