Prólogo; 5 de mayo de 2011

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Probablemente cuando eras pequeño y tenías miedo del monstruo de tu armario, tus padres te abrazaban y te mostraban que no había nada que buscaba matarte allí. Se quedaban a pasar la noche contigo o te llevaban a su habitación para que duermieras acurrucada entre ellos dos. Ese no fue mi caso.

Cuando tenía diez años tenía mucho miedo del armario en una de las habitaciones de motel en la que estabamos parando. Mi padre se enteró de esto y me tomó bruscamente del brazo, agarró una escopeta y la cargó con balas de madera. Pasé la noche llorando, encerrada en el feo armario, sin posibilidades de salir.

Fue un trauma para mi y lo recordé por mucho tiempo, pero al menos ya sabía que lo que sea que estuviese en el armario, solo me lastimaría si yo me dejaba, pero si era fuerte y lo enfrentaba, no habría nada que me hiciera daño. Esa fue una de las tantas enseñanzas de mi padre, crecí con ese hombre y dos hermanos, aprendiendo a luchar, defenderme y atacar, hasta llegué a pensar que eramos indestructibles, más si estábamos todos juntos. Mis hermanos, mi padre...

Mi padre estaba hambriento de venganza, odiaba todo lo que había allí en la oscuridad y no supo como manejar eso a la hora de criarnos, poniéndonos en riesgo a mis hermanos y a mi incontables veces. Poniendo en riesgo a mi mamá, a quien se la comieron en frente mío cuando tenía cinco años.

Lo crecí odiando y amando al mismo tiempo, su muerte me destrozó y ver a mis odiosos hermanos hirviendo por venganza no ayudó en nada. Ellos tampoco supieron cuando parar; causando así el Armagedón. Siendo recipientes del Arcángel Miguel y Lucifer, su destino estaba sellado. Sam terminó encerrado en la jaula con el mismísimo Diablo y Dean fue débil, no pudo más y le dio fin a su vida, lo cual me parece completamente extraño al día de hoy pero por más intentos que haga de encontrarlo, no hay manera. Mis hermanos estaban muertos y mi mayor miedo finalmente se volvió realidad.

Estaba sola en el mundo, sin contar al ebrio inválido y malhumorado de Bobby Singer.

No podía ser así, no quería, no iba a dejar que fuera así por mucho más tiempo.

Una noche me escapé de la cabaña en medio de la nada de Dakota del Sur. Desaparecí por al menos un mes. Torturé y mandé al infierno a cientos de demonios que no querían cumplir con lo que les ordenaba. Hasta que el 5 de mayo de 2011 llegó uno, Crowley.

—Vaya, vaya, vaya, ¿A quién tenemos aquí? La pequeña Ling... ¿Dónde están Yao y Chien Po? —Me miró con burla. Sentí asco al verlo.

Era algo enano, no superaba los 5'7" de altura, llevaba siempre un traje completamente liso y sin ningún tipo de arruga. En su rostro siempre se encontraba tallada una sonrisa burlona y maliciosa. Era odioso.

—Mi mamá no se rompió la cabeza pensando un nombre para que vengas y me llames como se te da el culo. Me llamo Lorelai Winchester, dime así. —Dije con una mueca de desagrado. Crowley soltó una risa y suspiró cuando no logró dar un paso fuera para tocarme. Estaba atrapado en un circulo con una estrella de cinco puntas, una trampa demoníaca.

—Bien, bien, bien. Dime que quieres, Lorelai Winchester, no tengo mucho tiempo. —La ironía al pronunciar mi nombre se hizo notar.

—Quiero a mis hermanos de nuevo. —Ordené mientras metía un cuchillo en una botella de agua bendita para atacarlo sí no cooperaba.

—Joder, los hermanos Winchester. ¡Es un maldito círculo vicioso! Uno muere, el otro no quiere que muera, hace algo para evitarlo o traerlo a la vida pero finalmente pone su vida en riesgo. Lo admito, me dan envidia, ¡Quisiera algo así! Cuando era un humano, tuve un hermano, pero era odioso... —Lo detuve rodando mis ojos.

—Maldita sea, no me importa, ya sé que tu vida era una mierda. Solo dame a mis hermanos.

—No estás en condiciones de ordenarme absolutamente nada. Y bien, si yo te devuelvo a tus hermanos, ¿Qué gano a cambio? Digo, tus hermanos causaron estragos muchas veces, arruinaron mis planes, no me viene mal que hayan muerto... —Lo miré con la respuesta clara en mis ojos. —¿Serías capaz de...?

—Sí. Solo quiero a mis hermanos. —Haría lo que tuviera que hacer, hasta sí eso significaba que yo muriera en el proceso.

—Sinceramente, no me interesa tu alma. —Bufé y me crucé de brazos. —Pero... quizás haya algo que puedas hacer. —Mis ojos se iluminaron y se cruzaron con los suyos divertidos inmediatamente.

—¿Qué? ¡Dime! —Crowley se mofaba de mi internamente. Lo sabía. En su rostro podía ver como le divertía mi desesperación.

—¿Le tienes tanto miedo a la soledad? —Inquirió sorprendido y a la vez gracioso.

—No le tengo miedo a nada. Haré lo que sea por tenerlos, solo dime.

—Te devolveré a tus hermanos sí... Asesinas a un vampiro Original. —Lo miré con confusión.

—¿Un vampiro Original? Pero... ¿Por qué ese interés? Ni siquiera son los vampiros más importantes, está la otra especie que es aún más fuerte... —Me interrumpió.

—No indagues, no preguntes, no es de tu interés. Sí quieres a tus hermanos de nuevo, solo házlo.

—¡Pero son completamente inmortales! Lo único que podría matarlos es una estaca de roble blanco, pero ese árbol fue destruido hace como mil años... —Me desesperé. Era la única manera de traer a la vida a mis hermanos y no podría hacerlo sin morir en el intento.

—Te daré una pequeña pista solo porque me das pena. En algún lugar del mundo, un árbol de roble blanco volvió a crecer hace unos doscientos años. Consíguelo y podrás matarlos. —El demonio me dedicó una sonrisa de lado y yo agradecí internamente.

Internamente, porque nunca agradecería nada a un demonio.

—Ya déjame ir, tengo cosas que hacer. Ahora soy el rey del infierno, dudo que lo sepas. —Me sorprendí, ¿Cómo podía ser que un demonio tan idiota como él llegara al liderazgo?. —Tienes un año para hacerlo, sino mandaré a mis perros.

—¿Un año? —Joder, debía empezar rápido. Rompí la trampa demoníaca. Hice una mueca de asco al ver al demonio con sus labios estirados, los demonios sellan sus tratos con un beso en los labios. Fugazmente choqué nuestros labios y luego contuve una arcada, a lo que Crowley, con sarcasmo, hizo una mueca de dolor y llevó su mano a su pecho, falsamente herido.

—Ah, y tienes que matar a dos Originales, en realidad. No te voy a traer a tus dos hermanos si matas solo a uno, ¡Tiene que ser justo! —Se rió maliciosamente. ¡Jodida mierda!. El demonio desapareció y me quedé dura en mi lugar unos veinte minutos analizando lo que acababa de hacer.

Dios, eran vampiros Originales. Eran imposibles de matar. Tienen mil años de vida, fuerza y conocimientos, me verán venir...

Dejé de pensar en eso. Trataría, al fin y al cabo, moriría de las dos maneras. Si atacaba a los Originales y se daban cuenta, moriría, pero sí no lo hacía, moriría igualmente.

¿Qué mas da?.

Winchester Soul ━━ the vampire diaries, supernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora