El nivel de auto sabotaje era impresionante. Había olvidado muy a propósito comprar las pastillas, así que su opción disponible y más factible era la soga que había encontrado en el sótano. Tenía que mantener la mínima consideración con la persona que iba a tener la desgracia de encontrarlo. Por cómo iban las cosas, probablemente sería el muchacho pelirrojo.
Pese a estar en contra de dejar algún tipo de correspondencia, consideró escribirle una disculpa a Hongjoong por dejarle una responsabilidad tan traumática. Él no tenía porque ver el resultado de un castigo en el cual no había tenido la más mínima participación. Le escribiría luego de buscar la condenada soga.
Con una linterna en mano, se detuvo en la puerta del sótano. Cayó en cuenta de un detalle: no tenía la llave. No recordaba en donde la había dejado. Busco en el vestíbulo, en los estantes y en la isla de la cocina, en la sala. Removió los muebles y sacudió las sabanas del cuarto sin éxito. El recuerdo de la última vez que bajo al sótano era borroso porque sucedió en medio de un episodio maniaco. Lo único que sabía era la ubicación de la soga, encima de unas cajas viejas. Se sentó en las escaleras, jugando con la llama de la linterna. Se le ocurrió que pudo haber dejado las llaves dentro del sótano, como el buen idiota irremediable que era. La llama de la linterna flaqueo al pasarle la yema del dedo demasiado cerca.
Bueno, siempre podía incendiar el lugar. Sería doloroso, y llamaría demasiado la atención. Nada nuevo para él, ciertamente.
El espantoso chirrido que hacía el teléfono al recibir una llamada le hizo estremecerse. No se le ocurría una sola persona que pudiera llamar a esa hora, un día como ese. De todas formas, se levanto para ir a contestar. Tenía que asegurarse de que no fuera nadie de su familia, planeando ir a buscarlo para arrastrarlo de vuelta al infierno.
—¿Sí? —preguntó con el auricular pegado a la cara. Dejó la linterna en la mesita del teléfono, en donde pudiera tumbarla accidentalmente si la llamada le traía complicaciones.
—Eres más que suficiente. Eres más que suficiente. ¡Hey! ¿Me oyes? ¡Eres más que suficiente! ¡Seonghwa!
Le tomo un momento asimilar lo que estaba escuchando. ¿Ese era…?
—Te he oído la primera vez. ¿Me llamaste para decirme eso? ¿Estás bien? —se le antojaba graciosa la situación. Estaba recibiendo una llamada de un tipo que se había encariñado con él, justo el día en el que había planeado quitarse la vida. Y no bastando con semejante ironía, podía notar que Hongjoong estaba ebrio por la forma en la que hablaba. Muy hilarante todo.
La conversación no fue ni larga ni relevante desde su perspectiva. Si tuviera el corazón para creer cada palabra que la gente solía decirle, no hubiera llegado tan lejos. Más allá de conmoverlo, Hongjoong y su extraña forma de preocuparse por alguien a quien apenas conocía le hicieron sentir enfermo. Lo que menos necesitaba en ese momento era un intruso tratando de salvar su alma, creyéndose el héroe de un cuento sombrío.
Después de que la llamada llego a su fin, pensó que no sería suficiente con esas palabras para alterar sus planes. O al menos paso todo el trayecto, desde la mesita del teléfono hasta la mitad del tramo de las escaleras, tratando de creerlo. Él jamás había sido suficiente para nadie. Nunca había tenido la fuerza para cambiar los pequeños defectos que conformaban su entera personalidad. ¿Cómo podría hacerlo? ¿Cómo dejaría de verse al espejo y recriminarse lo mucho que odiaba quien era? Incluso si lograba hacer algún cambio, ¿valdría la pena? ¿Alguien lo notaría? El círculo vicioso de sus pensamientos era constante, al igual que el dolor. En algún punto, mientras sus pies seguían avanzando, las paredes empezaron a encogerse, cerrándose hasta dejarlo en una horrible caja de madera, escalones polvorientos y una pequeña luz que se tambaleaba hasta desvanecerse. Desde que había empezado a quedarse en esa casa, los blackouts se habían convertido en un suceso habitual. A veces podía quedarse acostado en medio de un pasillo en la mañana, y al volver en sí, ya sería de madrugada. Podían transcurrir días; lo había confirmado por el apetito y las necesidades fisiológicas de su cuerpo que no podía controlar en ese estado.
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winter falls || seongjoong
FanfictionㅤㅤㅤPorque ahí estamos otra vez, en la calle de ese pueblo ㅤㅤㅤCasi te pasaste la luz roja por que estabas mirándome a mí ㅤㅤㅤViento en mi cabello, yo estaba allí ㅤㅤㅤLo recuerdo demasiado bien . . . Hongjoong conoce a Seonghwa, y descubre lo difícil q...