Midory y Sunimi observaron sus alrededores.
Habían vuelto al aula de clases con sus compañeros de clase hablando y jugando entre si.
Parecía como si nada de lo sucedido en la barrera se hubiera dado.
Sin embargo, la ropa sucia y algunos moretones qué dolían en sus cuerpos fue prueba de que había sido real.
La chica de cabello negro fijo su mirada en su amiga, sus cejas estaban fruncidas y estaba apunto de llorar.
Pensamientos complejos rondaban su mente.
Midory respiró hondo preparándose para lo que vendría.
Sunimi la tomó de la mano y la llevó afuera del aula.
—Primero deberíamos cambiarnos de ropa. Tengo dos respuestos en mi casillero—dijo Sunimi con la voz rota.
Con esas palabras la amiga de la chica de cabello rubio se la llevó fuera de clases rumbo al pasillo exterior.
Midory podía notar como el cuerpo de Sunimi estaba temblando al sotenerle la mano.
Mientras tanto, Yoko recobró el sentido.
Había vuelto con sus amigas en la cancha de juego en la clase de deportes.
Sus amigas eran ajenas a lo ocurrido en la barrera continuando con la conversación anterior.
La rubia mayor frunció el ceño y camino lejos de clases rumbo al edificio escolar.
"Necesito saber si Midory y Sunimi están bien", se dijo mentalmente.
En el camino se encontró con Byron y Deiner quienes le saludaron levantando la mano.
—¿Han visto a mi hermana? — preguntó Yoko.
—Ni idea. Cuando entras o sales de una barrera lo haces desde el lugar donde habías estado antes —explicó Byron encogiendose de hombros.
La rubia mayor asintió y siguió su camino hacia el instituto.
Deiner le quedo viendo con un brillo especial.
Su hermano menor notó el gesto y entornó los ojos.
En la lejanía, Yoko accedió al recinto por la puerta principal encontrando a Sunimi y Midory cerca de los casilleros.
Su hermana estaba consolando a la chica de cabello negro con un abrazo.
Los sollozos de Sunimi se podían escuchar.
La rubia mayor corrió hacia las dos.
—¡¿Están bien?! ¡¿Tienen alguna herida?! —consultó la joven con el ceño fruncido.
Yoko miró a la chica de cabello negro y apretó los labios.
—Lamento lo sucedido Sunimi. Debes estar muy asustada—comentó la mayor.
Sunimi trato de dejar de llorar negando con la cabeza.
—No sufrí gran daño. Gracias por protegerme en todo momento. Sin ti no se que me habría pasado—dijo Sunimi.
—Gracias por salvarme la primera vez que me atraparon Yoko. Te debo una—dijo la menor de los Sakaguchi.
La joven mayor entrecerró los ojos y apretó sus manos antes de asentir.
Espero a que la chica de cabello negro se calmara antes de irse.
Yoko se retiró con el semblante caído y la mirada penumbrosa.
ESTÁS LEYENDO
Midory Y Las Reliquias Sagradas - #PGP2023
Fiksi IlmiahCuando la amenaza de una catástrofe inminente se cierne sobre Misaki, una joven emerge de su letargo. Con determinación forjada por la amargura de un pasado olvidado, esta joven se embarca en un viaje hacia el núcleo corrupto de Misaki. Mientras d...