Especial 2 - Mundo alternativo

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—Ei, podrías ponerme aunque sea un poco de tu atención?—. Una pelirrosa se encontraba muy enojada con su esposa ya que no salía de la habitación casi.

—¿Qué necesitas?—. Respondió Ei mirándola sonriendo.

—Bueno... Yo, baja a comer—. Dijo Yae sonrojada, no sé acordaba que le iba a decir.

—Claro, cómo diga la reina—. Respondió con cierto burla Ei pasando al lado de ella no sin antes de darle una nalgada a Yae. —Que linda pijama, espero verla más seguido—. Dijo Ei antes de desaparecer de la vista de la pelirrosa por el pasillo.

—¡Oye! Desgraciada...—. Yae estaba muy roja pero no le molesto en absoluto, la pijama que tenía le quedaba pequeña, pues le quería mostrar a Ei la pijama de ella cuando era pequeña la cual era aún conjunto rosa de un short con una camisa de tirantes que le quedaba muy apretado y se alzaba mucho dejando más piel descubierta.

Yae bajo a la cocina y encontró a su queridísima esposa jugando en el celular, vió el plato tal y como se lo había dejado a ella lo cual ahora sí la enojó.

—Raiden Ei, mi amor—. Con solo ese llamado Ei dejó el celular a un lado y empezó a comer.

—¿Qué pasa mi vida? ¿No tienes algo de hambre?—. Desvío el regaño Ei mirando que no se sienta Yae a comer.

Yae no dijo nada y se sentó a comer, pero en ese tiempo solo escuchó como Ei ya había terminado de comer.

—¿Tan rápido?—. Preguntó Yae mirándola sorprendida.

—Voy a dormir—. Dijo Ei estirándose.

—Dale, descansa cariño—.

Ei se acercó a darle un beso a Yae pero está se alejó por un olor extraño de la camisa de Ei.

—Te bañas pero no te cambias de camisa, increíble—. Yae hizo un gesto de desagradó.

Ei olió la camisa y frunció la nariz, solo pensó que debe pensar un poco más antes de ponerse lo primero que vea. Ei se quitó la camisa y la echó en la lavadora para luego dirigirse a dónde su esposa.

—Levantate un momento—. Dijo Ei mirando a Yae.

—¿Qué? ¿No ibas a dormir?—. Yae estaba desconcertada pero hizo caso.

—Recordé algo, te acompañaré a hacer tú tarea de la universidad—. Ei se sentó en la silla donde estaba anteriormente Yae y sin mucho esfuerzo levantó un poco a Yae y la sentó en su regazo quedando frente a frente.

—¿Dale? ¿Qué estás haciendo?—. Ei agarró el plato de comida de Yae y empezó a paladearle, la pelirrosa se sonrojó un poco pero aceptaba que la alimentará.

—Perdón por descuidarte tanto, créeme, se que no he estado el tiempo que me has necesitado contigo—. Dijo Ei mientras llevaba la cuchara a la boca de Yae quien lo recibió gustosa. Cuando terminaron, fueron a la sala y se sentaron en el suelo, Yae entre las piernas de Ei y la pelimorada pues bueno, hay se encontraba la tarea.

—Bien, tengo que responder unas preguntas es simple—. Dijo Yae pero de repente sintió unas manos frías de bajo de su camisa de tirantes, cabe decir que no se había quitado la pijama.

—Será simple... Tu misma lo dijiste—. Ei empezó a dejar besos en los hombros descubiertos de Yae mientras sus manos rompían la camisa dejando ver los pechos de Yae ya que ella no duerme con sostén.

—Ei... Por favor—. Yae quería hacer la tarea rápido pero así sería difícil.

—Tú puedes amor—. Ei estimulaba los pezones de Yae mientras mordía levemente los hombros o el cuello de la pelirrosa.

Futuro PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora