24- Rescate

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-¿No creen que nos pasamos burlándonos de Celestia?- Pregunto un Tartaglia en el suelo desangrando por un golpe en la cabeza.

-No, para nada- Dijo Yae riéndose mientras se re acomodaba el hombro con ayuda de Ninguang.

-Fuimos algo golpeados, tal vez, nuestros cuerpos vayan a flotar mañana por un río...- Dijo Kokomi limpiandose la sangre de su nariz.

-Dios, estamos arruinados, mira Tartaglia le dañaron su encanto, no hemos dormido durante 2 días, fuimos golpeados, no hemos comido o tomado tan siquiera una gota de agua, estamos en la inmunda- Dijo Yae al final soltando un quejido por que le acomodaron el hombro.

-Ups no fue mi intención- Dijo Ninguang alejándose riendo un poco.

-Ya esta amaneciendo... Creo que ya es hora de irnos al otro lado muchachos- Dijo Kokomi sonriendo triste por no poder haber cumplido su sueño o tan si quiera haber aclarado la situación con Sara.

Un fuerte ruido de abrirse las puertas se escucho en aquel vacío lugar donde Celestia "interrogaba" a sus presos.

-Tik tok, el tiempo acabo, ahora vamos a matarlos así que digan adiós- Dijo uno de los que se consideraban "Dioses" en tierra de nadie.

-¿Y qué? Se supone que debemos rogar, maldito perro de mierda- Dijo Tartaglia escupiendo al piso.

-Mala elección de palabras, mi amigo- Cargo el arma pero antes de disparar, una bala se clavo en la frente de la persona.

En otra parte

-¡Bingo!- Sonrió Nahida al ver que le dio a su objetivo, comenzó la misión de rescatar a los 4 rehenes.

-Buen tiro, Nahida- Dijo Zhongli por la radio del chaleco antibalas de Nahida.

-¿Cual es el siguiente objetivo? Zhongli- Preguntó Ei ya que estaba en posición.

-Ei, encargate de los guardias de allí en el sureste- Zhongli solo observaba junto a Neuvillete esperando su turno de actuar.

Ei hizo un impecable trabajo, 1 tiro 3 bajas, tubo que matar a otros 4, por mientras los demás estaban infiltradose en la base, una misión suicida por que tenían un uniforme algo extravagante.

-Estamos dentro, pueden actuar- Dijo Zarina yendo con los demás guardias sosteniendo su arma con firmeza.

-Entendido, cambio y fuera- Dijo Neuvillete viendo a Zhongli quien asintió y se puso en marcha poniéndose su pasamontañas dejando ver solo sus ojos.

-Bien muchachos, quiero 0 bajas entre ustedes si es posible, fueron entrenados por mi, no me decepcionen, así que andando- Ordenó Neuvillete agarrando su arma y ajustando su chaleco antibalas.

Todos fueron por la zona del jardín, y aprovecharon que la hierba estaba alta para pasar desapercibidos y esperar en su posición.

Con los rehenes...

-¿Qué mierda?- Tartaglia quedo boquiabierto, o fue alguien, o fue obra de los Dioses.

-Bueno... Que descanse en el infierno- Dijo una pelirrosa riéndose mientras agarraba el arma y la munición.

-¿Y nosotros que maldita zorra?- Preguntó Tartaglia ya que era la única que estaba armada en aquel lugar.

-No sean llorones, cuando veníamos alcance a ver un gran arsenal, pasaremos por allí, no se si nos estén rescatando o fue mera casualidad que le hayan clavado tremenda bala en la frente- Yae al terminar de decir eso se escucharon trotes de varios guardias.

-Oh... Vaya, el arsenal vino a nosotros- Dijo Ninguang para prepararse para pelear, no era buena en combate, pero ayudaría igualmente aunque estén completamente cansados y golpeados.

Futuro PeligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora