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Habían ordenado jjajangmyeon al dormitorio luego de que Jimin asegurara que esa era la comida ideal de un fin de semana para los inexpertos y fatigados universitarios de primer año que preferían quedarse tumbados en la cama, y no buscar una fiesta donde emborracharse. Jungkook accedió al verse identificado con la descripción. Sus primeros meses como universitario y el pequeño Jeon lidiaba con los pormenores de la adaptación con una facilidad inesperada. Al menos la mayoría del tiempo... y en lo que respectaba a los temas académicos. No podía decirse lo mismo en la parte sentimental. Regresar a la ciudad dejando en su casa del campo, su habitación, su jardín y sus recuerdos más hermosos fue duro. Aunque lo más doloroso, a decir verdad, fue tener que dejar a su padre. Lloró y no pudo dormir las primeras noches, pero gracias a Jimin, alias su compañero de cuarto, pronto pudo superar la situación y no llorar tan seguido.


Jimin había entrado a artes escénicas, y había sido una "coincidencia" coordinada por la universidad que compartieran habitación. Su amigo hacía que la convivencia fuera divertida y amena. Jungkook se sentía culpable por el mal humor y desánimo que le había perdurado toda la semana. El señor Jeon hubiera leído entre líneas que la situación que aquejaba a su hijo debía ser tomada con pinzas, pero Jimin no conocía precisamente de sutilezas.

—¿Ya me vas a decir que es lo que te pasa?

—No quiero...

—No quieres hablar sobre eso, si, ya sé. Llevas diciendo eso desde hace una semana.

—No pasó nada.

—Y si no pasó nada, ¿por qué Kim Taehyung, tu novio y de quien no te despegabas desde su tan anhelado reencuentro, fue a buscarme para saber si estabas bien porque no te ha visto ni se a podido comunicar contigo en toda la semana?


Jungkook, que hasta entonces le había parecido sencillo esconder sus sentimientos bajo la fachada de quien pretende concentrarse en la comida, detuvo en el aire el palillo con fideos. Trastrabilló apenas un segundo, para luego retomar sus acciones con la táctica infalible de ignorar lo que sea que le hubieran dicho. Aunque como esperaba, esa táctica no funcionaría con Jimin.

—Jeon Jungkook, ¿me vas a decir que es lo que ocurre en realidad? Soy, con todo respeto al señor Jae, como tu otro padre. Sé que ocultas algo. Olvidas hacer tus rutinas, te da igual lo que comemos cuando sueles hacer berrinche por cenar lo mismo siempre, y no has hablado nada de flores. ¡Me asustas!


El chico detuvo su enérgico discurso un momento, sin notar la fuerza que el otro empleaba al frotar sus manos.

—Me hiciste acostumbrarme a tener a tu novio cenando con nosotros todas las noches, a que nos acompañara en todas nuestras salidas y ahora el tipo también me agrada. Quiero saber si Kim merece este desplante tuyo a su persona, para que hayas dejado de quererlo...

ᴹʸ ᴸᴼⱽᴱᴿ. TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora