ᴬᴳᴼˢᵀᴼ ²⁰¹⁵
Dos meses habían pasado desde que la acordada amistad entre Tae y Jungkook se había pactado. En ese tiempo, Tae aprendió que había tres cosas que Jungkook adoraba: la arquitectura, el orden, y las flores. Jungkook amaba las flores. Tae había pasado horas y horas escuchándolo hablar sobre ellas. Datos científicos, datos históricos, mitología y creencias. Incluso, en las tantas veces que él había ido a casa de Kook para hacer tarea, tuvo la oportunidad de conocer su colección. Tenía muchos libros, dibujos y una pared entera donde colgaba sus flores en resina.
También había aprendido mucho sobre sus hábitos y costumbres, y el porqué detrás de cada una de sus excentricidades. Como el que a veces no escuchaba cuando le hablaban porque necesitaba usar tapones para los oídos porque los ruidos muy fuertes lo lastimaban. Que padecía del síndrome de asperger y por eso el constante movimiento de sus manos torpes o su poca agudeza para entender ciertas situaciones sociales. Y aún así, Tae no conocía a una persona más genuina en mostrar amor que ese chico de ojos grandes y hermosos. Le gustaba ir a casa de los Jeon, porque encontraba conmovedor como Jungkook actuaba con su padre, preocupándose y haciendo cosas por él a su manera.
No. Tae no encontraba en tan siquiera una minúscula parte de él, arrepentimiento por haber aceptado ser su amigo. Jungkook era honesto, y podía confiar en que si ese chico decía que le agradaba, era verdad y no solo algo que decía por quedar bien con él. Jungkook siempre lo escuchaba, y aunque no siempre fuera capaz de expresar su opinión, sentía su apoyo.
Se divertían mucho, y aunque a veces su efusividad natural aturdía un poco a Kook, nunca parecía realmente incómodo, sino que se esforzaba por seguirle el ritmo. Aunque fuera verdad que ellos eran muy distintos, Tae encontraba agradable ese contraste. Mientras que él era de naturaleza impredecible y siempre estaba detrás de la defensa de alguna ideología, Jungkook tenía rutinas establecidas para todo y pasaba sus tardes en la calma de su jardín o de su habitación. Y frecuentemente, Tae dejaba un poco de lado su mundo alocado para colarse al mundo de su mejor amigo.
Las vacaciones de verano solo habían sido el ambiente propicio para que ellos tuvieran mayor tiempo para conocerse y congeniar. Tae había pasado varias tardes y cenas en casa de los Jeon e incluso había llevado a Jungkook a su casa para que conociera a su abuela. Daban largos paseos por el campo cuando el clima era bueno para buscar nuevas flores para la colección de Kook, y los días de lluvia se quedaban en la habitación de Jungkook matando el tiempo. Como esa precisa tarde, donde Jungkook estaba concentrado en su escritorio poniendo en resina un nuevo tipo de flor que su padre le había regalado, y Tae leía una novela.
Por un momento Tae detuvo su lectura y se sentó en la cama, con una expresión en su rostro difícil de descifrar.
—¿Jungkook?
—Mhm.
—¿Tú ya sabes que vas a estudiar, verdad?
—Si. Arquitectura en la Universidad Nacional de Seúl.
—Oh. Incluso sabes a qué universidad. No creo que te preocupen los exámenes de admisión tampoco.
—No.
El silencio que continuó a ese último comentario le sentó incómodo a Tae. Sabía que debía ser más claro para que Jungkook entendiera lo que quería decir, pues la deducción no era el fuerte del otro chico, pero resultaba difícil ser franco con algunos temas.
—Yo... aún no se que quiero hacer con mi vida. Y eso comienza a preocuparme, aunque cuando voy a ver a mis padres a final de mes finja que no me interesa. Pero en realidad, me preocupa mucho. Temo terminar siendo un fracasado, y solo haber alardeado mucho pero sin haber conseguido nada.
Se desahogó, no esperando una respuesta a su soliloquio. ¿Fue esa la razón de que las palabras de Jungkook lo conmovieron como lo hicieron?
—No conozco a una persona que sea tan apasionada para soñar como tú, hyung. A tu edad, estás muy involucrado en activismo social y te preocupa ser alguien que pueda ayudar a otros. Por eso sé que tú no puedes ser un fracasado. Solo necesitas un poco más de tiempo, y una vez que decidas algo, lo harás muy bien porque pondrás todo tu corazón en ello. Así que no tienes porque angustiarte tanto.
Tae limpió las lágrimas que se le habían escapado, sonriendo al ver que en ningún momento, a excepción de cuando le contestó, Jungkook había detenido lo que estaba haciendo. No pudo contenerse, y aunque sabía que Kook odiaba el contacto, se levantó de la cama para poder darle un fuerte abrazo al chico. Notó como Jungkook intentó mantenerse quieto, pero pronto no lo soportó más y comenzó a retorcerse y Tae lo soltó riendo y disculpándose.
—¿Kookie?
—¿Si, hyung?
—Gracias por ser mi amigo.
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ᴹʸ ᴸᴼⱽᴱᴿ. Taekook
Fanfic⊹ ︶︶︶ ୨♡୧ ︶︶︶⊹ Desde su adolescencia, Jungkook, un chico autista, y Tae, un joven encantador pero solitario, se enamoran profundamente. Y mientras Tae se ve obligado a viajar al extranjero, ambos rememoran sobre su vida y su historia de amor. Con el...