ᴹʸ ᴸᴼⱽᴱᴿ. Taekook

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ᴺᴼⱽᴵᴱᴹᴮᴿᴱ ²⁰¹⁵

Hasta sus 18 años, Jungkook nunca había pensado en relaciones románticas o en sus preferencias sexuales. Esa parte de la vida normal de otros, parecía ser una puerta cerrada con siete cerrojos para él. Claro, eso fue antes de que apareciera Kim Taehyung y derribara con su encantadora sonrisa esa metafórica puerta. Desde el principio supo que no veía a Tae como solo un amigo. Sin embargo, y fiel a sus formas, le llevó un tiempo considerable notar sus sentimientos, y otro poco más el identificarlos.

Park Jimin, el único amigo que había dejado en Seúl y con quien solía hablar por teléfono, fue un paciente oyente de sus avances hasta que finalmente pudo decirlo: estaba enamorado de su mejor amigo, Kim Taehyung. 

Aunque quizás Jimin no había sido la mejor opción para saber aquella información si Kook no quería presiones al respecto.

—Kooks, ¿cómo van las cosas con tu novio?

—Tae no es mi novio, Mimi.

—Ya sé que no lo es, pero me refiero a que estás haciendo para que sí lo sea.

En pasadas ocasiones en las que conversaciones así habían surgido, Jungkook solía sonrojarse y sonreír con timidez, mas ahora permanecía con el semblante serio. Incluso parecía triste.

—Es cierto que estoy enamorado de Tae. Pero he decidido que no le diré nada al respecto.

—¡¿Qué?! ¡¿Pero por qué?! ¡¿Está saliendo con alguien más ahora?!

El malestar en el estómago que le produjo a Jungkook el solo imaginar a Tae con alguien más, hizo que sus ojos lagrimearan. Golpeó su cabeza con sus manos un par de veces para alejar el malestar y negó cerrando sus ojos con fuerza.

—No, Mimi. No está saliendo con nadie.

—¿Entonces? ¿Por qué te oyes tan triste? Apenas la semana pasada te la pasabas viviendo sobre una nube rosa por Tae.

—No creo que vaya a traer algo bueno, confesarle lo que siento.

—¿Tan seguro estás de que te rechazará?

El silencio de Jungkook guardaba más sentimientos de los que sus palabras podrían expresar. Se sintió frustrado y deprimido al principio, pero luego de pensarlo por dos días enteros, se había resignado. Pero debió saber que Jimin no dejaría las cosas por terminadas así.

—Pues yo no estoy de acuerdo contigo. Es más, estoy casi seguro de que él también está enamorado de ti.

Esas palabras sí que lograron sacarle por primera vez en la noche una expresión facial al pequeño Kook que no fuera de tristeza. Sus cejas se alzaron haciendo que sus ojos normalmente grandes, se vieran aún más tiernos por la confusión en su expresión.