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La llegada a Alemania había sido un sueño hecho realidad para Jungkook. El día después de su llegada, Tae los llevó a explorar la ciudad de Heidelberg. Con su paisaje pintoresco y la guía turística de Kim Taehyung, la visita prometía ser una experiencia inolvidable para la familia Jeon.


Jungkook paseo de la mano con Tae por las calles adoquinadas del casco antiguo. Los edificios históricos, con sus fachadas adornadas y balcones llenos de flores, parecían sacados de un cuento de hadas. Jungkook observaba cada detalle, maravillado por la combinación de estilos arquitectónicos que se extendían desde el gótico hasta el barroco. Visitaron el famoso Puente Viejo, la vista desde el puente era espectacular, con el río Neckar reflejando los colores del cielo y los castillos en las colinas. Fue mientras miraban ese paisaje que Jungkook tomó la mano de Tae y recargó su cabeza en su hombro para decir sus pensamientos en voz alta.

—Es increíble. Alemania es hermosa.

—Sabía que te encantaría, precioso. Aunque en realidad te tengo una sorpresa.

—¿Sorpresa? ¿Hay más además de este viaje, hyung?

—Si. En realidad, traerte hasta aquí fue para pedirte que me acompañes a un lugar.

—Hyung, tú sabes que yo iría contigo a donde sea. Pero ¿a dónde iremos?

—Espera a mañana, mi amor.


Esperar fue un suplicio de una noche que Jungkook sintió como una incomodidad casi física al no tener a Tae para olvidarse de ella, pues había dormido en la habitación con su padre. Pero a la mañana siguiente Kook despertó muy temprano, aprovechando ese tiempo para esmerarse en arreglarse un poco más de lo usual cuando una corazonada le dijo que ese sería un día especial. Se vistió con emoción con el traje elegante que Tae le había regalado el día anterior. Pantalones beige, una camisa de lino blanca y una chaqueta celeste ligera. Suspiró aliviado al ver que su padre también se había arreglado de manera formal, pero le pareció sospechoso cuando al encontrarse con su novio, notó que vestía un conjunto similar al suyo pero en tonos más oscuros.


Salieron muy temprano, cuando apenas amanecía y tomaron un ferry. Cuando estaban en sus asientos y luego de bastante insistencia de su parte, su novio y su padre compartieron una mirada complice, ambos sonriendo cuando Tae confesó con una gran sonrisa a donde lo llevaban. Jungkook casi lloró cuando supo que su destino era Mainau, la "Isla de las Flores". Recordó que hacía muchos años había escuchado de ella en uno de sus foros de fanáticos de botánica, y emocionado se lo había mencionado a Tae. Nunca hubiera imaginado que alguna vez su novio lo llevaría a conocerla.


Al desembarcar del ferry que los había llevado a la isla, Jungkook no pudo evitar soltar un suspiro de asombro. La isla estaba cubierta de flores de todos los colores imaginables, y el aire estaba impregnado de su fragancia. Tae sonrió al ver la expresión de felicidad en el rostro de Jungkook y lo tomó de la mano. Y sintiendo a su novio abrazarlo por la espalda, Jungkook sentía que ese sería el día más feliz de su vida.

ᴹʸ ᴸᴼⱽᴱᴿ. TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora