種 Tane
Semilla
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Las hojas de los árboles caían lentamente, la joven apenas si podía recordar cómo era su vida en aquel país asiático dónde había dejado a cada una de las personas que realmente le importaban; y no solía preocuparse por muchos. Finlandia era tan diferente, aun cuando perdía la vista en esa enorme casa de columnas tan altas, con retratos colgados del tapiz; aquellos ojos que solían juzgarla cuando no podía hablar propiamente el idioma. Pero nadie podía culparla, tan solo tenía ocho años de vida y la habían arrancado violentamente de todo lo que conocía.
La gran mansión era como un cubo de hielo, tétrica y álgida como la mayoría de los lugares que sus ojos pudieron captar, mientras la carretera del aeropuerto a aquella residencia se abría paso. Se sentía tan minúscula, casi cómo una pequeña hoja suelta en la temporada de otoño, sin rumbo fijo y con el alma secándose a cada metro que el automóvil avanzaba.
—Bienvenida señorita Väinämö— Pronunció el hombre frente a ella con un traje sastre y una mirada algo penetrante enmarcadas en algunas arrugas, su cabello casi cano estaba peinado hacia atrás y el brutal clima parecía no tener efecto en él. — ¿me permite su maleta? — Por alguna extraña razón no quería estar ahí, pero tenía que, la muerte de su madre le obligaba a estar con aquel hombre que lo único que había hecho por ella, era darle veintitrés cromosomas.
—Bien hija, ya estás en casa— aquellas palabras jamás se tornaron verdaderas, a medida que pasaban los años, menos sentía como suya la tétrica mansión con aroma a romero y cedro; todo alrededor de las paredes con papel tapiz azul estaba perfectamente diseñado, ninguna imperfección tenía cabida en ese lugar, mucho menos en la vida de su padre. Y eso era ella, la mayor imperfección en la pulcra vida de su amado progenitor. La perfecta familia que tenía el político finlandés al cual debía llamar padre, siempre la presentaba como su hija, pero de una fallecida esposa, la cual fingía que su muerte aun cercenaba su alma en una agobiante pena; no necesitaba tener más edad para comprender que su simple existencia le molestaba.
«Padre», jamás se llegó a ganar aquel sagrado título, su verdadero padre siempre fue Imai; aquel amado tío, al cual tuvo que dejar repentinamente. En cierto punto de su estancia en la prisión más grande se le prohibió tener cualquier contacto con Japón, su padre se había encargado de erradicar a ese país, inclusive en el enorme mapa que adornaba la gran biblioteca de la primera planta; no podía hablar aquel idioma, no podía pensar en los árboles de cerezo que crecían cerca del edificio donde vivían, ni siquiera el sol se veía igual en el crudo país. Su sol naciente se había extinguido.
Habían pasado ya más de ocho años desde que su madre murió y perdió contacto con ese mundo que conocía, en tormentosos ocho años que su agonía se había acrecentado, al igual que su problemas, angustias y temores; todo era como un tumulto de problemas, la imperfección en el valle de la perfección. Fue tachada de rebelde, pero eso estaba en sus venas, su madre nunca siguió reglas, de haberlo hecho, ella jamás hubiese nacido.
Su querida madrastra llenaba una hoja con su perfecta caligrafía de cada uno de sus malos comportamientos, se sentía como en el jardín de niños, en las cenas familiares era disculpada ante la fina sociedad nórdica por una enfermedad ficticia en la cual su perfecta madrastra y él padre ejemplar estaban trabajando, «Patrañas» lo único que recibía era un montón de mierda de la pintada boca de la bruja plástica o de su "adorada Rebecca", según las ilustradas palabras del político fines. Pero ese problema no existía con la joya de la corona, su hermano menor, el adorado Enkki, siempre perfecto, líder por naturaleza, él era su orgullo. El sin fin de premios que tapizaba su recamara no eran suficientes para llenar aquel error de haber nacido de una novia que él jamás considero suficiente para amarla como se debía, su madre fue ese amor pasajero de un viaje con fecha de expiración, pero lamentablemente los hijos no tienen fecha de caducidad y no podía deshacerse de ella como si fuese una bolsa de papás fritas que había extendido su tiempo de vida.
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𝓑𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝓓𝒐𝒍𝒍 [Buck-Tick] CORREGIDA
FanficAyanami Väinämö es la sobrina de uno de los guitarristas mas reconocidos en Japón junto con su banda Buck-Tick. Al morir su madre, es alejada del país del sol naciente siendo obligada a vivir con un hombre que se hacía llamar su padre. Con 23 años c...