𝓑𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝓓𝒐𝒍𝒍 [Buck-Tick] CORREGIDA

火災

火災 (Kasai)

Fuego incontrolable

__________

Atsushi bebía su café, sin siquiera mirar hacia los miembros de la banda que seguían haciendo bromas pesadas, Ayanami no estaba ahí, había salido junto con varios miembros del Staff, en cuando bajó de la camioneta que los llevó del Helipuerto hasta Zepp Tokyo.

Los hombres y mujeres la acapararon con miles de preguntas que sólo ella podía responder, en menos de lo que esperaban se aprendió de memoria cada uno de los movimientos de la banda, pero así era ella, metódica como ninguna otra mujer que hubiese conocido, perfeccionista hasta el punto de querer tener bajo control hasta el mismo clima.

—Acchan— llamó Imai sentándose a su lado, después de haber dejado su guitarra en la base de metal oscura.

—Dime— respondió dejando su café sobre la mesilla y fingiendo que virar el rostro le agravaba la jaqueca, una que también era mentira.

—Ya hablé esto con Nami, pero parece no entender— alzó una ceja para dejarle saber a su amigo que no comprendía nada de lo que decía, pero tenía una idea de hacia donde se dirigía dicha conversación.

—¿Quieres que la obligue a hacer algo? — preguntó incrédulo, si eso era lo que trataba de hacer, no iba a funcionar, no había poder humano que obligara a Ayanami a hacer algo que ella no deseaba, siempre había sido de esa forma.

—No se trata de eso— le entregó el periódico de aquella mañana, con el mismo color sepia, el olor a tinta y las fotografías colocadas estratégicamente, además del encabezado en un recuadro de tinta oscura y kanjis blancos que resaltaban a la vista de cualquiera.

— Entonces de qué— entonó dándole un vistazo al periódico, pero sin realmente prestar atención a las imágenes que tenía impresas.

—Esto es a lo que me refiero— el tono de su voz subió unos decibeles, los ojos de Atsushi se fijaron en la imagen que señalaba Imai, bufó por lo bajo mientras sus ojos repasaban las líneas que conformaban un pequeño encabezado, casi siguiendo a la nota del festival.

—Estas notas salen cada vez que algún periodista nos ve salir del apartamento o a cenar, así sea a comprar comida para gatos— era muy extraño que algún fotógrafo en Japón se diese a la tarea de seguirlos, casi siempre eran fanáticas que los veían pasar y tomaban imágenes de mala calidad y después las vendían a algún periódico para crear una nota amarillista.

—No quiero que su padre trate de alejarla nuevamente— le apuntó con el dedo. —Dejen lo que sea que tengan— el silencio rompió con la atmosfera de paz que se había formado minutos antes cuando ellos hacían bromas, ahora mismo Imai tenía la mirada clavada en el rostro incrédulo de Atsushi, el vocalista quiso reírse, pero sabía que eso haría enfadar a su amigo.

—¿Qué quieres decir con eso?— lo encaró Sakurai, realmente esperaba que Imai le dijese lo que verdaderamente pensaba, sólo así él no tendría la tarea de explicarle como se había enamorado de su sobrina.

—De su amistad, la gente, los fans y la prensa no lo ven como nosotros— respiró profundamente. —Sé que no ves a Nami de esa forma, no serías tan hijo de puta— la sonrisa de Atsushi se borró, ya no estaba ese rostro de burla, menos la sonrisa torcida que formaba cuando le causaba gracia alguna rabieta que Imai tenía.

—Entonces si tú sabes que no es verdad, lo que piensen los demás no importa— se encaminó hacia la puerta. — Será mejor que no digas nada, si no quieres molestar a Nami— cerró la puerta de madera y se dispuso a buscar a Ayanami, necesitaba verla, sólo así podría soportar no besarla, porque después de haberlo hecho, desató en él esa necesidad malsana de tenerla siempre en sus brazos.