晴れ

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晴れ (Hare)

Soleado


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Se limpió las lágrimas, Atsushi estaba estupefacto, con los ojos tan abiertos que fue capaz de deducir el color de aquellos iris que le quitaban el sueño, suspiró dolorosamente para encaminarse a la puerta y poder salir de ahí, en un acto poco esperado por ella, le tomó la mano, sino iba a decirle que la amaba, era mejor que no la retuviese más, que olvidara toda aquella palabrería sentimental que le había soltado sin siquiera meditarlo un segundo, trató de liberarse de aquel agarre, pero fue imposible, haló de ella para acercarse a su cuerpo. 

Atsushi significa cordial o guerrero compasivo, pero era lo que menos representaba, pues lo único que hacía era masacrar cada parte de Ayanami con una mirada, con un beso de buenos días, el simple roce de sus dedos fríos con su cabello mal atado. 

Ojalá no te hubiera conocido, ojalá... 

Se dio así, de repente, tan extraño, tan poco conciso, ni siquiera existe una definición universal de lo que aquel acto significaba, ese cosquilleo que los labios transmiten cómo si fuesen corrientes eléctricas, besar a la persona que amas es demostrarle todos tus sentimientos entre el roce de aquellos labios, y así fue. 

Atsushi la besó, el beso de su perdición, de su maldición. Pegó el cuerpo de la joven a la puerta y que así ella no pudiese escapar de lo engatusador que resultaba el sabor a menta de sus labios, era eso, una muñeca en sus brazos, moviéndose al compás de su deseo, bailando al ritmo de su corazón. 

En un hilo de aliento, se separó de él e instintivamente cubrió sus labios para volver a llorar. — No lo hagas por compasión— tomó sus brazos para volver a juntar sus labios con los de ella, como si tratase de reafirmar todo aquello que dejó escapar con el primer beso; sus labios fueron hasta sus mejillas para culminar de nuevo en sus labios, sus ojos estaban fijos en ella, tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresarle lo que sentía, Ivory decía que era mejor soltar lo que había dentro de su corazón de una buena vez, pero se encontró inmerso en un mar de palabras que no tenían sentido, al menos no para él. 

—He lidiado con este sentimiento desde que te volví a ver, y me culpe por sentirme de esta manera, Ayanami, me detesto por amarte de esta manera— ¿amarla? La palabra choco contra ella, no había dolor, sino un sentimiento que no podía sostener de ninguno de sus pensamientos, recopiló cada una de sus actitudes, al menos la de los últimos días, es verdad que después de la tormenta viene la calma, se habían destruido en cuestión de horas y sin más se curaron con un acto que ni el mismo universo sabía cómo funcionaba. 

Ahora todo comenzaba a cobrar sentido no eran celos de padre como lo había imaginado, ambos se sentían tan impotentes ante la cruda verdad de amarse y que el mundo lo notase, de al menos dejar un hilo de ese amor que no podía ser 

—Pero tu ex esposa— Atsushi negó rápidamente para tomarla entre sus brazos y besar su coronilla, no había duda, lo amaba con todo lo que tenía, con todas sus fuerzas, y la calidez de su abrazo se volvió un enervante para su amor 

 —Lo hizo porque le confesé que amaba a alguien más, a ti— se aferró a su cuerpo, tratando de congelar esa escena, pues si eso era un sueño no quería despertar, si de nuevo era un jugarreta de su mente, un lapso en el cual se escapaba de la realidad, que por favor no la dejase salir nunca, prefería vivir en esa ilusión que de nuevo en una realidad en la que nunca había probado el sabor de sus labios. 

Volvió a besarlo sólo para asegurarse de que no era su imaginación, que no era un sueño que pronto se vería erradicado por algún sonido de la cruda realidad en la que vivía. No lo era, lo supo cuando el sonido de su radio la alejó de él, lo tomó entre sus manos tratando de comprender lo que decían entre la distorsión natural de aquel aparato. 

𝓑𝒓𝒐𝒌𝒆𝒏 𝓓𝒐𝒍𝒍  [Buck-Tick] CORREGIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora