Mala Vida

8

Las vacaciones de diciembre llegaron demasiado rápido, lo que significaba, comida, familia, comida, regalos y no se si ya mencioné la deliciosa comida, pero también significaba menos Luz.

Camino revisando  las vitrinas de las tiendas, hacía demasiado frío, pero realmente no importaba, porque aparte de una chamarra bien abrigadora llevaba mis guantes, mi gorrito, una bufanda y doble calcetín.

Ya te iba el regalo de navidad de mamá, pero faltaba uno.

El año pasado ella había odiado mi regalo diciendo que el color amarillo pollo y el azúl no combinaban, pero de igual forma la vi llevando la sudadera que le regale casi todo el año.

Esta vez tenía que ser algo mejor.

Tal vez una gorra o una boina, a ella le gustaban mucho.

—¡Amity! — escuché a alguien gritarme y voltee encontrándome con hunter, el menor corrió hacia mi.

—¿Que haces? — preguntó agotado.

—Estoy comprando regalos.

—Yo tan uen, ven vamos a la cafetería de la esquina están regalando chocolate caliente y pan, Matt y Gavin ya están ahí.

Lo seguí y conseguí meterme a la fila con ellos, charlamos un rato y pude ver a Luz formada unos lugares adelante de nosotros.

Se veía guapa como siempre.

Seguí y conseguí con mis amigos y mirándolo de vez en cuando, tal vez podría preguntarle que quería este año, que ni fuera demasiado caro por supuesto.

Sin embargo, ella salió después de un rato con las manos vacías llamó mi atención.

—Chicos— les dije —me voy, no necesitó chocolate grátis, comprare uno después.

Ellos se quejaron con un "claro el rico siempre humillando al pobre"

Seguí a Luz hasta la siguiente esquina

—¡Luz! — le llamé y se detuvo a verme con el celo fruncido tan característico de ella —ya no quisiste chocolate, yo tampoco es que no sabe tan bueno.

—En realidad me lo negaron— dijo enojada escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, pero luego miro mis bolsas.

—Eso se ve pesando déjame ayudarte— tomó las bolsas de mi mano izquierda para llevarlas.

Y aquí estaba la Luz amable.

—Gracias, respecto al chocolate no te sientas mal como dije no estaba tan bueno.

—Amity— Luz me miró deteniéndose y yo me estuve con ella — estamos hablando del mejor chocolate que se vente en la ciudad.

—Claro que no yo conozco un mejor chocolate caliente.

—¿Cuál? — pregunto cruzándose de brazos.

—Acompañame— le pedí y ella me siguió.

Frunció de nuevo su entrecejo cuando nos detuvimos en mi casa.

—¿Estás bromeando verdad?

—No, vamos pasa— la deje hasta puerta —no te preocupes mi mamá no está, fue a la ciudad a ver a mis abuelos, ya verás te prepararé el mejor chocolate del mundo.

—Oye de verdad te lo agradezco, pero no necesito tu lastima.

—Luz no se trata de lástima se trata del espíritu navideño.

Luz sólo sonrió y cerré la puerta.