Mala Vida

28

Tiempo actual.

Sentí el brazo de Luz encima de mi cintura, me di la vuelta hundiendo mi rostro en su pecho y dejé que me rodeara con sus brazos y subiera una pierna encima de las mías.

—Quiero dormir un poco más Amy.

—Duerme entonces, no es que tengamos muchas cosas que hacer— yo reí y ella también.

Con los días empezamos a asimilarlo, habíamos matado a un hombre, pero era un hombre que no merecía la pena

Si, me carcomía la piel pensar en el, lo soñaba y se metía en mi mente, su cuerpo verde y muerto

Pero lo olvidaba, porque no valía la pena

No teníamos idea de la hora, escuché a alguien tocando la puerta y mire a Luz

—Hunter dijo que no iba a venir.

Asentí.

Me alejé de su agarré y me acerque temerosa a la puerta.

—¿Quién es? — pregunté y escuché un sollozo igual al de mi madre.

—Dios Ami ¿eres tú? — dijo —soy yo, soy mamá abre la porfavor.

—Mamá.

—Te extrañé tanto mi Ami.

La abracé de regreso emocionada de verla hasta que vi a varios policías entrar y aprensar a Luz

La empuje lejos y también a los policías que querían aprehenderla, esto último sin éxito

—¡No!, ¡¿Por qué!?— grité, pero fui detenida y apresada también.

—Tranquilízate Amity todo estará bien— me dijo mamá.

—¡Los trajiste tú! — grite —¡me delataste!

Ella tomó mi rostro entre sus manos —No Amity, no

—¡Era mentira lo de vender la casa y el coche!, ¡me engañaste y a Hunter!

—Necesitaba saber dónde estabas y sólo el sabía, Amity, es lo mejor— dije tratando de abrazarme.

—¡Voy a ir a la cárcel! — grite con más mejillas empapadas.

—No es así, créeme esto es mejor, lo que estabas planeando era un juego de niños, necesitas enfrentar la justicia, ¡comportarte como una mujer hecha joder! — grito y se calmó —te conseguí un buen abogado, el juicio se llevará aquí en la tisa, estarás bien.

—¿Y Luz?

—Ella también, ambas lo estarán, son menores de edad y fue en defensa propia, será unos días difíciles, pero es mejor pasar unos meses en el tutelar para menores a toda una vida huyendo

—Mamá, mate a un hombre después del tutelar terminaré mi condena en la cárcel — lloré.

—No, Ami, no es así porque fue en defensa propia.

—Quiero creerte— le dije llorando ya se habían llevado a Luz y yo quería verla.

—Ami, no haría esto sino supiera que es lo mejor.

Asentí y deje que me llevarán.