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—Adios cariño— mamá me dio un beso en la frente y acaricio mi mejilla —te tomas las pastillas que te dejé, cada ocho horas Amity, cierras bien la puerta y no abras a nadie, no dejes entrar a nadie a la casa, NA-DI-E Amity, sabes a lo que me refiero, a aveces eres demasiado buena y no vez la maldad en los otros.

—Si mamá, a partir de ahora no dejaré que nadie entre.

Dije, no incluía a las personas que estaban adentro.

—Ahora si, adiós Ami.

—Adios mamá— la vi correr hasta el taxi y subirse, me saludo incluso cuando esté arranco.

Cerré la puerta y corrí hasta mi habitación entré. Alguien me tomo violentamente de los brazos e hizo que mi cara quedará contra la pared mientras cubrirá mi boca.

—Eres una pequeña mentirosa— Luz susurro en mi oído haciéndome estremecer.

Luego me soltó y se rió de mí.

—Luz tonta— dije recomponiéndome y golpeando su pecho ligeramente —no seas violenta conmigo.

—Ya, ya, lo siento— se disculpó sentándose de nuevo en la cama —linda ropa, por cierto.

Saco mi ropa interior de la maleta, corrí a arrebatarle mis bragas, guardé todo antes de que siguiera burlándose.

—Mamá se a ido, ¿quieres quedarte a dormir aquí?

—Pensé que ese era tu plan desde un principio, ¿no te da miedo meter a tu casa a la peligrosa y mala Noceda?

—Tu no me asustas, yo sé que jamás me harías daño y si, ese era mi plan, pero luego me di cuenta de que no pregunté tu opinión y no quiero obligarte a qué te quedes, probablemente tengas otros planes.

—No tengo otro planes— se acostó en la cama con los brazos debajo de su cabeza, palmeó la cama a su lado.

Me acosté ahí nerviosa —no te molesta verdad.

—¿Qué?, ¿qué seas tan arrimosa conmigo? — se burló y paso su mano por mi cabello como siempre, me miró.

Me gustaba como me miraba, me veía como si fuera especial y era por esa razón por la que jamás podría tener miedo de ella, lo de Luz no se atrevía a decirme con su boca, lo expresaban sus ojos al mirarme.

—Mejor veamos una película— asentí y me levanté de la cama, Luz me siguió hasta la sala con dos mantas para cubrirnos.

—Hay arroz con leche, ¿quieres?

—Por favor.

Se sentó sillón y yo encendí el dvd
—hay varias películas, ¿que quieres ver, romance , musical, acción, comedia, suspenso, super heroes...?

—¿Tienes de terror?

—No me gustan las de terror— le dije haciendo un puchero.

—Entonces comedia.

—Um, ¿quieres ver "son como niños" uno y dos o "¿dónde están las rubias?" o "mi abuela es un peligro" uno, dos  y tres.

—Veamos todas esas, la noche es larga.

Le sonreí y puse "son como niños" —me gustan estás películas.

Me acurruque a su lado y de nuevo Luz puso su brazo en mi hombro.

—A mi también.




Mala VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora