Héritier [Libro #1]

02. La reina de Gwangju.

Las crónicas existentes sobre la reina de Gwangju la describen como una mujer altiva de carácter autoritario y caprichoso. Además de belleza, poseía un enorme poder en dos continentes diferentes. No era débil, mucho menos pretenciosa; pero, como siempre ocurre con las mujeres de alto rango y poca visión, la inesperada presencia de un concubino en su palacio se volvió su más grande problema. Varios historiadores apuntan a que la enemistad entre la reina y el concubino nació en su primer encuentro. Sin embargo, escritos anónimos de trabajadores de palacio lo han desmentido en más de una ocasión. No fue su primer encuentro lo que provocó el inicio de su rivalidad, pero sí que fue el inicio de los celos. Los testigos mencionan que la primera vez que la reina Leia, quien había gobernado aquel próspero y poderoso imperio durante 10 años, vio el rostro de quien sería el nuevo concubino de su esposo, le invadió una envidia feroz que la llevó a maldecirlo en voz alta dentro de sus aposentos. No tenía razones para odiar a un sirviente más de su esposo, cuya tarea era solo brindarle un heredero poderoso, como ella no había podido hacerlo en diez años de casados. Pero, el orgullo herido de una mujer no entiende a razones. Y, siendo el primer encuentro con su rival, no tuvo prudencia a la hora de hacerle conocer sobre su poca simpatía. Así como tampoco tuvo decoro en sus acciones posteriores, generándole problemas a quien terminó convirtiéndose en el amante favorito del rey Hoseok y progenitor del heredero de la Casa Real Jung (tiempo después, proclamado Salvador del mundo).

Del libro Secretos de la familia Jung, escrito por el historiador J. MINJOON. 

Año 387, enero.

La Capital Imperial era muy diferente a como Taehyung recordaba. Había estado allí solo una vez en su vida, cuando su padre lo llevó en uno de sus viajes para obtener especias curativas para su pueblo, en un intercambio justo con uno de los vendedores, quien había accedido a brindarle lo necesario para su poción, a cambio de ayudar a su mujer a dar a luz. La tarea en un inicio pareció sencilla, pues no era algo difícil de lograr en humanas, pero, en realidad, terminó siendo dificultosa pues la mujer poseía un peligro de muerte inminente tras ese parto. Y nadie más que un brujo hubiese podido salvarla.