Niss, con su cabello oscuro y lacio brillando bajo el sol, estaba sumergida hasta las rodillas en el río, disfrutando del frescor del agua había corrido durante lo que le pareció una eternidad, siguiendo las huellas del ciervo a través del denso bosque. Sus risas suaves se mezclaban con el susurro del río mientras jugueteaba con las gotas que salpicaban en la corriente cristalina. Su piel blanca relucía, reflejando los rayos del sol que se filtraban entre las copas de los árboles. Pero por otra parte varios simios la observaban con una intensidad desconcertante. Sus miradas fijas y penetrantes se reflejaban al verla salir del RíoAl levantar mi vista pude ver a unos simios en una roca pero no eran simios cualquiera Sus ojos, llenos de una inteligencia y profundidad sorprendentes, me miraban fijamente. Supe al instante que debía ser César, mi corazón empezó a latir más rápido, una mezcla de emociones encontradas me invadió.
—Carajo- exclamé con una voz quebrada estaba paralizada no sabía qué hacer, mi respiración estaba agitada
bajaron de la roca y varios con sus lanzas me apuntaban y me rodeaban. César se acercaba a mí con cautela y me miraba analizándome
Algo en mi interior vibro y me sentía intimidada con su mirada —Listo, ya valí, ya ve preparando el testamento para la vida- pensé
En eso un gorila enorme se acercó a mí y me levantó, forceje con todas mis fuerzas. César subió a su caballo ignorando tal acción de su amigo y empezaron a galopar el simio líder estaba enfrente de mí, se veía tan firme en su caballo
Concéntrate Niss.
El gorila me tenía en su hombro como si fuera un saco de papas, su mano me rodeaba mi cintura y me apretaba fuerte
—Suéltame, por favor te prometo que no venía por ustedes solo quería refrescarme- hablé con voz atónita
Varios simios que estaban en sus caballos a mis lado, me observaron por hacer tal acción, me sentí un niño pequeño cuando hacía ruido en un súper y la gente lo veía mal, pero César en cambio decidió ignorarla como si no lo hubiera escuchado o simplemente no le importa.
Mientras más caminábamos se empezaron a escuchar muchos sonidos de más simios, todos empezaron a bajar de sus caballos el gorila que me tenía me empujó hacia el suelo húmedo y con lodo intenté pararme pero de nuevo el gorila me agarró de la nuca y me tiró hacia abajo mientras me gruñía.
—Esta bien, está bien aquí me quedó no me moveré-
Las manos de Niss bajaron lentamente al sucio lodo mientras se quedaba hincada enfrente del imponente gorila, los ululares resonaban cada vez más, César levantó su mano y todos se callaron, se veía que el tenia autoridad en ellos. Niss sintió como simios se acercaban enfrente suyo y así era, Maurice junto a César, se dirigían a Niss, ella al recordarlos sonrió inconscientemente, Maurice tenía una cara de sorpresa al verla
Niss era más cercana a Maurice tenían lazos ya que ella lo apoyaba como ningún otro humano lo habría hecho, él estaba agradecido con ella.
—Estas viva- habló César con tono tierno y suave, volverla a ver lo hacía sentir aliviado después de años
—Casi diez inviernos sin rastros de ningún humano, creímos que no quedaba nadie- Maurice anunció con sorpresa
—No queda nadie de los que solíamos conocerlos bien, pero sé que hay más civilizaciones con vida- respondí viéndolos, traté de tener una voz apagada.
—Humana dañar hogar simios!- un simio se anunció detrás de César, con un gruñido tan fuerte que todos los demás lo escuchaban. Es el, el del laboratorio con el que mi madre trabajaba. Estaba ciego de un ojo tenía muchas cicatrices graves, lo recuerdo.
—De ninguna manera,por favor solo vine a refrescarme , no vine a matar a nadie ni siquiera tenía planeado encontrarlos. - supliqué con lágrimas apunto de salir
Sabía que esto era aterrador pero algo en mí me hacía sentir tranquila era como si ella no viera la amenaza que podrían llegar a ser.
Muchos más simios se empezaron acercar cada vez más a mí.
Había uno muy diferente a los demás, era igual a César solo que con ojos diferentes
—No quiero hacerles daño, solo quiero sobrevivir sola- mis ojos se enfocaron en los del simio líder había algo en el que aún seguía vivo y podría reconocer
Quise pararme pero de nuevo una mano pesada me jaló hacia abajo haciendo que otra vez cayera
César alzó de nuevo su mano para dar una indicación, sentí como el gorila se alejaba de mí y extendió su mano con suavidad hacia mi dirección
dudé un poco en tomarla, no sabía si debía confiar.César me miró ladeando la cabeza lentamente pero sin decir ni una palabra.
—Padre.- el simio de ojos azules le advirtió con una seña a Cesar, se veía asustado.
Padre? solté una risita mientras veía el suelo, César no perdió el tiempo
César volteo a ver a su hijo pero deicidio no decir nada solo volteo a verme a mí. Aún teníamos nuestras manos enlazadas pero un ulular hizo que volteáramos a ver
—César, simios en peligro si humana se queda!-alertó al simio que parecía estar desesperado por matarme.
César en cambio hizo caso omiso y camino hacia los pequeños escalones que unían con la gran roca, el sostenía mi mano mientras me guiaba hacia arriba, su tacto era suave.
Me ayudó a subir ya que era muy empinado, mucho de los simios miraban hacia nosotros estaban confundidos con la decisión de César, estabamos llegando a un lugar aislado de los demás con pequeñas rocas
—vaya no había visto una vista más hermosa en años- que podría decir después de todo lo que pasó.—Que estás haciendo aquí?.- habló con suavidad y tranquilidad pero él ignoró lo que dije y solo preguntó eso, su mirada vislumbraba su rostro al verla de nuevo.
—Como dije, estaba refrescándome - afirmé sin mirarlo opté mejor por mirar el hermoso paisaje que tenía ante mis ojos
El solo me analizaba con la mirada y no apartaba sus ojos de mi.
—Estoy feliz de volver a verte una vez más Niss- vaciló con un tono suave y melosa mientras me daba un tacto suave, apretó suavemente mi mano con sus grandes manos, estas tapaban las mías.
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𝐓𝐑𝐔𝐒𝐓 𝐌𝐄 ✔️
FanfictionElla era una joven sobreviviente, testigo de la desolación desatada por el virus creado en el laboratorio GEN-SYS, donde su madre había trabajado incansablemente. Enfrentó el horror de ver a quienes amaba sucumbir ante la enfermedad, pero en medio d...